Rusia limita el oro. Bitcoin resuelve esto.

 Rusia limita el oro. Bitcoin resuelve esto.
  • Rusia busca cortar la salida ilícita de 20–25 toneladas de oro utilizadas como sustituto de divisas.
  • El gobierno proyecta recaudar 1 billón de rublos adicionales en tres años combatiendo la economía sumergida.

La economía rusa enfrenta un nuevo frente regulatorio: el gobierno planea restringir la exportación de oro y efectivo en un esfuerzo por frenar la economía informal, el lavado de dinero y la fuga de capitales. La iniciativa llega en un momento en el que Moscú enfrenta presiones fiscales crecientes, dependencia de controles de capital y distorsiones internas provocadas por sanciones, guerra y brechas regulatorias.

¿Es este un paso necesario para estabilizar las finanzas del país o una señal de endurecimiento económico que podría profundizar la desconfianza entre ciudadanos y mercado? Las próximas medidas buscan responder a un fenómeno que, según el propio gobierno, ha adquirido dimensiones difíciles de ignorar.

El plan del Kremlin para “limpiar” la economía

El vicepresidente del gobierno, Alexander Novak, afirmó que Rusia prohibirá la exportación incontrolada de rublos en efectivo y de lingotes de oro. Estas medidas forman parte de un plan más amplio ordenado por el presidente Vladimir Putin para “limpiar” la economía y reforzar la supervisión estatal sobre actividades consideradas opacas o informales.

Entre las restricciones propuestas destaca un límite particularmente estricto: las personas solo podrán sacar del país hasta 100 gramos de oro. La cifra contrasta con la magnitud del flujo detectado por las autoridades. Según estimaciones, entre 20 y 25 toneladas de oro habrían salido de Rusia entre 2022 y 2023, aprovechando lagunas generadas por los controles cambiarios implementados durante la guerra.

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Este movimiento no es casual. Desde 2022, el oro se ha transformado en un sustituto funcional del dólar y otras divisas para transacciones ilícitas, facilitando acuerdos fuera del sistema bancario y permitiendo la fuga de capitales en un contexto de sanciones y restricciones internacionales.

Oro, divisas y control estatal: un triángulo en tensión

Las autoridades rusas aseguran que la proliferación de operaciones en oro refleja dificultades para rastrear el origen de los fondos. Al no pasar por el sistema financiero formal, estos intercambios generan espacios para el lavado de dinero, la evasión fiscal y la construcción de redes paralelas de pagos. El viceministro de Finanzas, Alexei Moiseev, ya había advertido en septiembre que el metal precioso estaba sustituyendo a las divisas extranjeras en acuerdos ilegales, generando “una arquitectura financiera paralela difícil de supervisar”. La nueva regulación busca cerrar esta brecha.

Estas dimensiones podrían determinar si la medida es un correctivo puntual o parte de un proceso más profundo de recentralización económica.

Más allá del oro: un paquete de diez medidas

La prohibición de exportación de rublos y lingotes es solo una pieza de un paquete más amplio compuesto por diez medidas. El plan abarca:

  • Importaciones de bienes con riesgo de subdeclaración.
  • Comercio minorista sin caja registradora.
  • Actividades de trabajadores autónomos.
  • Transacciones con criptomonedas.
  • Préstamos ilegales.
  • Mercados de alcohol y tabaco.

El objetivo declarado del gobierno es reducir la participación de la economía sumergida en 1,5% del PIB durante los próximos tres años y aumentar la recaudación fiscal en 1 billón de rublos (aproximadamente $13.100 millones de dólares).

Estas cifras revelan la urgencia fiscal del Estado ruso en un entorno donde el gasto militar se ha incrementado y la economía enfrenta simultáneamente escasez de mano de obra, dependencia del sector energético y presión inflacionaria.

Aplicación de la ley y presión fiscal

Putin señaló que reforzar la aplicación de la ley es ahora una prioridad tanto para las autoridades federales como regionales. La instrucción es clara: impedir que operaciones comerciales pasen inadvertidas para el fisco, especialmente en un contexto en el que el aumento del IVA exige una recaudación más estricta.

La historia reciente muestra que los controles estrictos suelen producir efectos secundarios: mercados negros más sofisticados, mayor demanda de activos fuera del sistema estatal y nuevas rutas de contrabando. Aun así, el gobierno parece decidido a intentar cerrar todas las vías posibles de fuga de capital y evasión fiscal.