El 4 de agosto de 2024, los mercados financieros globales sufrieron una sacudida a causa del colapso en la bolsa japonesa no visto desde 1987 y una subida del Yen, sumado a las tensiones geopolíticas de medio oriente. Las bolsas a nivel mundial se desplomaron hoy y las criptomonedas no se salvan. Bitcoin ha caído un 15%, el índice Nikkei 225 se desplomó un 12.4% y el NASDAQ cayó un 6%.
El desencadenante principal de esta crisis en Japón es el ajuste monetario del Banco de Japón (BoJ), el cual tenia tasas de interes entre el 0% y 0.1%, recientemente ha decidido subirlas al 0.25%, lo anterior provocó una apreciación inesperada del yen japonés, que ahora se encuentra en niveles no vistos desde principios de 2024.
La severa caída del 12.4% en el índice Nikkei 225, la mayor desde el «Lunes Negro» de 1987, refleja una rápida liquidación de activos por parte de los inversores. La disminución en el diferencial de tasas de interés, junto con la ruptura del «carry trade del yen», obligó a los inversores a vender activos en todas las bolsas del mundo y el sector de las criptomonedas en una carrera por minimizar pérdidas.
El carry trade del yen es una estrategia en la que los inversores toman préstamos en yenes, con bajas tasas de interés, para invertir en activos de mayor rendimiento en otros mercados (acciones y criptomonedas). La reciente subida de tasas por parte del BoJ redujo el diferencial de tasas de interés, haciendo esta estrategia menos atractiva.
La política monetaria más restrictiva del BoJ llevó a una liquidación masiva de activos, afectando tanto a los mercados locales como a los internacionales. Esta venta masiva no solo impactó al mercado japonés, sino que también provocó una caída en los índices bursátiles de otras regiones, incluyendo Wall Street.
