Vuelve el conflicto en medio oriente: Israel e Irán sin apoyo de EE. UU.

• Un ataque elevaría el petróleo a $120, según JP Morgan
• Irán reconstruye su defensa aérea; se cierra la ventana para Israel
¿A las puertas de un nuevo conflicto en Medio Oriente?
Israel estaría considerando una ofensiva militar contra Irán en los próximos días, y lo haría sin el respaldo militar directo de Estados Unidos. Así lo reportan cinco fuentes cercanas al asunto, que coinciden en que el gobierno israelí percibe que el margen para actuar se está reduciendo, justo mientras Washington intenta revivir un marco diplomático con Teherán. Aunque históricamente Israel ha dependido del apoyo logístico y de inteligencia estadounidense para este tipo de operaciones, las actuales fricciones con la administración de Donald Trump —más inclinada hacia una salida negociada— han forzado a Jerusalén a explorar una acción unilateral.

El contexto es especialmente delicado: el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) determinó que Irán no cumple sus obligaciones nucleares, y sus reservas de uranio enriquecido se acercan a niveles preocupantes. En paralelo, Irán está reconstruyendo sus sistemas de defensa aérea estratégica, lo que hace que la posibilidad de un ataque exitoso se complique con el paso del tiempo.
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Mientras Israel evalúa su curso de acción, la Casa Blanca ha iniciado discretas medidas de contención. El Departamento de Estado y el Pentágono han ordenado la evacuación voluntaria de personal diplomático y militar no esencial en países de la región, incluyendo Irak y zonas bajo el mando del CENTCOM.
Al mismo tiempo, se han solicitado evaluaciones de riesgo a embajadas estadounidenses en Medio Oriente, África del Norte y Europa del Este, en previsión de posibles represalias por parte de Irán si se concreta un ataque. La audiencia del general Erik Kurilla ante el Congreso fue pospuesta sin explicación oficial, aunque se especula que está relacionada con la preparación ante un conflicto potencial.
Tensiones entre el enfoque diplomático y la ofensiva militar
Las conversaciones entre Washington y Teherán están en una fase crítica. Según declaraciones del presidente Trump, Irán se ha mostrado «inflexible y lento» en las negociaciones, con una insistencia en mantener su capacidad de enriquecimiento de uranio que Israel considera inaceptable.
“Buscan el enriquecimiento. No podemos permitir el enriquecimiento”, declaró el mandatario, marcando así una línea roja difícil de compatibilizar con un acuerdo pacífico. A pesar de ello, Trump ha evitado apoyar explícitamente cualquier ataque preventivo israelí, buscando mantener abierta la vía diplomática, al menos de forma pública.

Impacto económico: petróleo, inflación y mercados
El escenario geopolítico no es el único foco de preocupación. Según JP Morgan, un ataque israelí contra Irán podría disparar los precios del petróleo hasta los $120 por barril, impulsando la inflación del IPC estadounidense al 5%. Esto contravendría directamente uno de los principales objetivos de política económica de Trump: contener los precios de la energía para evitar presiones inflacionarias adicionales.
Por ahora, el mercado se mueve con cautela. El precio del crudo ronda los $69, su nivel más alto desde marzo de 2025, anticipando mayores tensiones. En paralelo, el índice dólar (DXY) cayó por debajo de 98, un mínimo no visto desde 2022, lo que podría abrir espacio para un rally de activos de riesgo como las criptomonedas, que históricamente se han beneficiado de escenarios de debilidad del dólar y alta incertidumbre geopolítica.
Fuentes cercanas al gobierno israelí y analistas como Michael Knights, del Instituto Washington para la Política del Cercano Oriente, sostienen que la evacuación de personal estadounidense es también una señal estratégica hacia Teherán: Washington no bloquearía activamente un ataque israelí si Irán no muestra avances sustanciales en las negociaciones.
No obstante, el momento exacto y el alcance de una posible operación siguen siendo inciertos. Israel ha demostrado en el pasado su capacidad de actuar sin apoyo directo, como lo hizo en octubre al dañar gran parte del sistema defensivo iraní. Sin embargo, la ventana operativa se estrecha: la reconstrucción de las defensas iraníes elevaría los riesgos de cualquier ofensiva tripulada.
Israel se encuentra en una encrucijada geopolítica y estratégica. Presionado por el avance del programa nuclear iraní y por una ventana militar que se cierra, sopesa una acción unilateral que podría alterar el equilibrio en toda la región. Washington, por su parte, intenta mantener una posición ambigua: disuadir sin intervenir directamente. El resultado de esta tensión marcará no solo la estabilidad de Medio Oriente, sino también el rumbo de los mercados globales.