Trump y WLFI: la ambiciosa apuesta cripto de $1.500 millones

- World Liberty Financial busca recaudar $1.500 millones para crear una empresa de tesorería que cotice en bolsa y mantenga sus tokens WLFI.
- La estrategia plantea preguntas sobre la viabilidad de aplicar el modelo de tesorería a activos menos líquidos.
Una jugada que combina política, criptomonedas y riesgo
¿Puede un token con baja liquidez sostener un modelo financiero que ha funcionado sobre todo con Bitcoin y Ethereum? Esa es la pregunta que flota sobre la iniciativa de World Liberty Financial (WLFI), el proyecto DeFi respaldado por la familia Trump que pretende dar un salto a los mercados públicos. Según Bloomberg y Fortune, la compañía busca recaudar $1.500 millones de inversores del sector tecnológico y cripto para lanzar una empresa de tesorería que mantenga sus propios tokens WLFI junto a otros activos digitales. El plan contempla que Eric Trump y Donald Trump Jr. formen parte de la junta directiva. Aunque la estructura final del acuerdo aún se está definiendo, la propuesta avanza rápidamente, alimentada por el creciente interés en las empresas de tesorería de activos digitales, que han pasado de ser experimentos nicho a protagonistas en las finanzas cripto.

De stablecoin a tesorería cotizada
En julio, los poseedores de tokens WLFI aprobaron por amplia mayoría que estos activos se hagan negociables, algo que hasta ahora estaba bloqueado. La medida llega poco después del lanzamiento de USD1, una stablecoin respaldada por dólares, y tras inversiones como los $10 millones destinados a un proyecto de dólar sintético.
Actualmente, la tesorería de WLFI incluye:
- $55 millones en Ethereum (parte en staking).
- $19 millones en tokens de Bitcoin encapsulados.
- $14 millones en Tron.
- Participaciones en EOS, Mantle, Ondo y otros.
Estos activos se han acumulado como parte de una estrategia para diversificar el balance antes de la salida a bolsa. Sin embargo, mientras Bitcoin y Ethereum cuentan con mercados profundos y líquidos, WLFI es un token emergente cuyo volumen y demanda aún no han sido probados a gran escala.
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Un mercado en auge, pero no sin riesgos
El modelo de tesorería de criptomonedas —acumular activos digitales en el balance y esperar que su apreciación genere valor para los accionistas— ha ganado fuerza en 2024 y 2025. Casos como Tron, liderado por Justin Sun, han demostrado que la cotización pública de estas entidades puede generar una nueva vía de acceso al capital.
No obstante, aplicar este enfoque a tokens menos líquidos introduce riesgos adicionales:
- Mayor volatilidad ante movimientos bruscos de mercado.
- Riesgo de ejecución si la demanda del token no crece como se proyecta.
- Dependencia regulatoria, especialmente en EE. UU., donde los cambios legales pueden alterar drásticamente las operaciones.
Incluso con un respaldo político visible —Donald Trump figura como “cofundador emérito”—, la iniciativa enfrenta un escrutinio intenso por posibles conflictos de interés y por su alineación con una agenda política pro-cripto impulsada desde la Casa Blanca.
Contexto regulatorio y posicionamiento estratégico
El movimiento de WLFI coincide con un entorno regulatorio cambiante. En los últimos meses, la administración estadounidense ha aprobado nuevas normas para stablecoins respaldadas por dólares, interpretadas como una señal de apertura hacia su adopción institucional.
Esta confluencia de factores —capital político, demanda de activos digitales y acceso a mercados públicos— podría posicionar a WLFI como un jugador relevante si logra cerrar la ronda de financiamiento. Sin embargo, su éxito dependerá en gran medida de:
- La aceptación del token WLFI por parte de grandes inversores.
- La liquidez del mercado para absorber transacciones significativas.
- La capacidad de navegar un entorno regulatorio que aún está en fase de ajuste.
Perspectivas e interrogantes
La propuesta de WLFI busca insertarse en una tendencia creciente, pero no exenta de desafíos. La combinación de una fuerte identidad política, una stablecoin reciente y un token propio sin historial de mercado plantea interrogantes sobre su viabilidad a largo plazo.
Si la compañía logra cerrar la recaudación de $1.500 millones, podría unirse a la élite de las tesorerías cripto, junto a entidades con balances multimillonarios en Bitcoin y Ethereum. No obstante, el riesgo inherente a depender de un activo emergente como WLFI sugiere que el camino estará marcado por una alta volatilidad y una atención mediática constante.
Para el inversor informado, la oportunidad es tan potencialmente lucrativa como incierta. El desenlace de esta jugada dirá si WLFI se convierte en un caso de éxito dentro de las tesorerías digitales o en un recordatorio de que no todos los modelos financieros son exportables a cualquier activo.