¿Fin del ciclo? Bitcoin y altcoins en zona crítica

- ¿Se acaba el ciclo alcista de las criptomonedas? Los indicadores técnicos y cíclicos sugieren que el mercado podría haber alcanzado su punto máximo entre agosto y octubre de 2025.
- Bitcoin y altcoins enfrentan riesgos clave: regulación de stablecoins, tensiones geopolíticas y liquidaciones masivas podrían acelerar la corrección.
Bitcoin ronda los 110.000 dólares, lo que indica un terreno limitado antes de una reversión. En paralelo, las altcoins muestran un margen aún más estrecho, con apenas un 10 % de desviación sobre niveles críticos. El Índice de Fuerza Relativa (RSI) mensual, que roza la zona de sobrecompra entre 80 y 90, fortalece la hipótesis de que estamos en una fase final de ciclo.

Indicadores técnicos y señales de agotamiento
El mercado de criptomonedas históricamente sigue un ciclo de cuatro años, marcado por uno o dos de crecimiento acelerado. Tras el halving de 2024, el calendario sugiere que entre mediados y finales de 2025 podría definirse un máximo cíclico. La transferencia de capital desde bitcoin hacia Ethereum y altcoins de gran capitalización confirma este patrón de transición.
Más allá de los gráficos, la macro añade presión. El Departamento del Tesoro de EE. UU. estudia la exigencia de KYC obligatorio en stablecoins, con un período de comentarios que vence en octubre de 2025. A esto se suman riesgos geopolíticos: la expiración de la tregua comercial entre EE. UU. y China en noviembre, y la posibilidad de un repunte en las tensiones sobre Taiwán.
El peso del apalancamiento institucional
El verdadero detonante de caídas abruptas en el mercado suele ser el apalancamiento. Empresas con tesorerías en miles de millones de dólares en BTC y ETH enfrentan presiones de liquidación que difieren de las ventas minoristas: son prolongadas, constantes y erosionan la confianza incluso cuando los indicadores técnicos sugieren rebotes. Estas dinámicas refuerzan la vulnerabilidad del mercado.
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Estrategias frente al riesgo
En este punto del ciclo, la toma de ganancias escalonada se presenta como una estrategia prudente. Para Bitcoin, que ya ha capitalizado gran parte de su impulso cíclico, asegurar beneficios gradualmente reduce la exposición a caídas abruptas. En cambio, Ethereum y Solana aún muestran potencial alcista, aunque limitado, lo que hace viable mantener posiciones parciales con ventas en resistencias claves.
El enfoque depende de la tolerancia al riesgo del inversor:
- Portafolios diversificados y con visión de largo plazo pueden sostener posiciones.
- Inversores con capital limitado deberían priorizar la realización de beneficios.
👉 Para un análisis detallado de los soportes técnicos clave y la influencia de la política monetaria, consulta Bitcoin en septiembre: ¿el fin de la corrección antes de la recuperación?.
Ethereum bajo presión institucional
Ethereum enfrenta un doble desafío. Por un lado, blockchains como Solana atraen capital al priorizar eficiencia frente a descentralización. Por otro, emisores de stablecoins y fintechs desarrollan redes propias compatibles con EVM, restando protagonismo al ecosistema nativo de Ethereum.
La entrada institucional profundiza la tensión. BlackRock ya concentra 3,5 millones de ETH en su ETF, equivalente al 55 % del mercado. Si se habilita el staking, gran parte del poder de validación podría concentrarse en manos de estas entidades, comprometiendo la resistencia a la censura y diluyendo la propuesta original de descentralización.
Niveles de referencia para Bitcoin y altcoins
Históricamente, Bitcoin no cae por debajo del pico del ciclo previo. Con un máximo anterior cercano a 70.000 dólares, el rango de soporte probable estaría entre 60.000 y 70.000. Esa zona puede convertirse en la referencia para compras estratégicas en la próxima fase. En cambio, las altcoins suelen sufrir descensos del 90 % al 95 % desde sus picos, por lo que solo proyectos con equipos sólidos y comunidades activas presentan probabilidades de recuperación sostenida.
El mercado actual envía señales claras de agotamiento: indicadores técnicos en sobrecompra, riesgos regulatorios inminentes y un apalancamiento institucional que amplifica cualquier retroceso. Para los inversores, este momento exige disciplina estratégica: asegurar beneficios sin abandonar por completo la exposición, preparándose para el próximo ciclo. La historia muestra que, tras cada gran corrección, Bitcoin vuelve con más fuerza, y quienes gestionan bien sus salidas se posicionan mejor para capturar la siguiente ola de crecimiento.