Bitcoin recupera terreno en los ETF Spot: análisis de flujos netos y contrastes con Ethereum

• BlackRock lideró las entradas de BTC la semana pasada con más de 4.000 BTC; ETH, en cambio, sufrió salidas de 76.300 ETH.
• Tras un mes de salidas constantes, los ETF spot de Bitcoin muestran señales de recuperación, pero el interés por los ETF de Ethereum sigue decayendo.
ETF Spot en EE.UU.: Bitcoin intenta revertir la tendencia mientras Ethereum profundiza su retroceso
La dinámica de flujos netos en los ETF spot de Bitcoin y Ethereum en Estados Unidos ha marcado una clara divergencia en las últimas semanas. Tras cuatro semanas consecutivas de salidas netas, los ETF spot de Bitcoin experimentaron una modesta pero significativa recuperación con una entrada neta de 5.300 BTC. Por el contrario, los productos basados en Ethereum siguen en retroceso, registrando una salida neta de 76.300 ETH en la última semana, la tercera mayor desde su lanzamiento.

Desde el 24 de febrero hasta el 15 de marzo, los ETF de Bitcoin listados en EE.UU. experimentaron un ciclo de fuertes salidas, destacando la semana del 8 de marzo con un drenaje de aproximadamente 28.000 BTC. Este comportamiento coincidió con una desaceleración del precio de BTC, que pasó de máximos cercanos a los $73.000 a un retroceso bajo los $63.000, reflejando una correlación entre los flujos institucionales y la evolución del precio.
Sin embargo, la semana más reciente marca un posible punto de inflexión. BlackRock, a través de su ETF iShares Bitcoin Trust (IBIT), volvió a posicionarse como el actor dominante, captando 4.069 BTC, lo que representa un 75% del total de los ingresos netos. Le siguieron ARK 21Shares con 938 BTC, Fidelity con 786 BTC y Grayscale Mini con 282 BTC. El resto de los emisores mostraron flujos neutros o negativos, consolidando una concentración del interés institucional en pocos jugadores.

En cuanto a Ethereum, el panorama es más sombrío. A pesar de haber registrado entradas considerables durante diciembre y enero, los ETF spot de ETH han perdido tracción con rapidez. Solo en la última semana, la salida neta de 76.300 ETH confirma la tendencia bajista en el apetito institucional por este activo. Desde finales de febrero, Ethereum ha enfrentado salidas acumuladas superiores a los 200.000 ETH, lo que coincide con una depreciación sostenida de su precio desde los $3.400 hasta niveles por debajo de los $2.000.

Este comportamiento sugiere que, mientras Bitcoin logra mantener su narrativa como reserva de valor institucional en medio de la incertidumbre macroeconómica, Ethereum enfrenta un desafío más complejo: justificar su propuesta de valor en un contexto donde la especulación sobre sus casos de uso en DeFi, NFT y escalabilidad aún no se traduce en una adopción institucional sólida.
El análisis de los flujos también revela una dinámica competitiva interesante entre los emisores. BlackRock y Fidelity han logrado establecerse como los referentes más sólidos, mientras Grayscale continúa experimentando salidas en su producto original (GBTC), aunque logra capturar flujos positivos en su versión reducida (Mini). La migración desde GBTC hacia productos más eficientes en comisiones parece mantenerse como una constante del mercado.
En paralelo, la presión regulatoria y la falta de claridad en torno a la aprobación de un ETF spot de Ethereum en EE.UU. podrían estar exacerbando la salida de capital. Si bien el mercado sigue esperando una respuesta definitiva de la SEC, los flujos actuales reflejan una creciente desconfianza o, al menos, una pausa en la exposición institucional a ETH.
La capacidad de los ETF spot para captar flujo no solo representa una métrica de confianza institucional, sino que se ha convertido en un termómetro de la narrativa predominante del mercado cripto. La reciente recuperación de Bitcoin, aunque aún frágil, sugiere que el mercado aún lo considera el ancla de largo plazo, especialmente en un ciclo donde las tasas de interés y la inflación continúan generando incertidumbre.
Mientras tanto, Ethereum deberá demostrar si su modelo basado en utilidad, más que en escasez, puede sostenerse en el radar de los grandes capitales o si quedará relegado a un rol secundario mientras Bitcoin consolida su posición como el activo digital dominante.