Duro golpe de la UE a la privacidad de usuarios de criptomonedas

 Duro golpe de la UE a la privacidad de usuarios de criptomonedas
  • Para 2027 se prohibirán cuentas anónimas en intercambios y monedas de privacidad (Monero, Zcash) en los exchanges.
  • Obligación de KYC para transacciones superiores a 1.000 € y trazabilidad exhaustiva del origen y destino de fondos digitales.

Desde “The AML Handbook” la Iniciativa Cripto Europea, la nueva regulación consolida la línea restrictiva iniciada el año pasado, con entrada en vigor obligatoria en 2027. Los proveedores de servicios de activos virtuales (CASP) deberán vetar cualquier cuenta que no revele la identidad del usuario y deshabilitar herramientas diseñadas específicamente para proteger el anonimato de las transacciones. En contraste, desarrolladores de carteras no custodiales y fabricantes de hardware quedan exentos, siempre que no retengan las claves privadas ni controlen fondos.

Estas regulaciones de la UE prohibirán explícitamente el uso de cuentas anónimas en intercambios y criptomonedas centradas en la privacidad como Monero (XMR), con un valor de mercado aproximado de $1.500 millones USD, y Zcash (ZEC), con cerca de $900 millones USD. A la vez, los exchanges y plataformas de intermediación tendrán que eliminar cualquier función que permita transacciones ofuscadas.

Se endurecen los umbrales de supervisión: todo movimiento por encima de 1.000 € exigirá verificación plena del cliente, incluidos datos pormenorizados sobre la procedencia y el destino final de los activos. Paralelamente, la Autoridad Europea contra el Blanqueo de Capitales (AMLA) seleccionará hasta 40 CASP de máxima supervisión — uno por cada Estado miembro— que operen en al menos seis países, cuenten con más de 2. 000 clientes y gestionen volúmenes superiores a 50 millones de euros al año.

Más allá de su justificación oficial, esta medida supone un claro ataque al principio de privacidad financiera que defendió el origen de Bitcoin. Al eliminar la opción de utilizar monedas y servicios que preservan el anonimato, la UE sacrifica un valor esencial de la criptomoneda: la autonomía y confidencialidad del usuario frente al control institucional. Bajo la nueva normativa, cualquier aspirante a usuario se ve forzado a revelar su identidad y detalles de sus operaciones, incluso en transacciones de tamaño moderado.

Las medidas en la Unión Europea por los reguladores erosionan los derechos de privacidad. El mercado europeo podría redirigir capital hacia jurisdicciones más permisivas o hacia soluciones descentralizadas imposibles de someter a KYC, fragmentando la liquidez y abriendo brechas de supervisión.