30 de abril de 2025

BlackRock y MicroStrategy destronan a Satoshi

 BlackRock y MicroStrategy destronan a Satoshi
  • BlackRock y MicroStrategy superan en tenencia de BTC a las billeteras atribuidas a Satoshi Nakamoto, alcanzando 1.110.519 BTC combinados.
  • Sin embargo, el control real sobre estos activos está distribuido entre millones de accionistas y partícipes institucionales, lo que contrasta con la naturaleza soberana de las tenencias originales de Satoshi.

La narrativa de Bitcoin ha estado históricamente anclada en la descentralización, la soberanía individual y el rechazo a las estructuras financieras tradicionales. Sin embargo, con la entrada masiva de actores institucionales al ecosistema, asistimos a un fenómeno que desafía esa raíz filosófica. Hoy, dos entidades BlackRock y MicroStrategy superan en tenencia de BTC a las carteras atribuidas a Satoshi Nakamoto, el creador de Bitcoin. Según datos recientes, el ETF spot de Bitcoin gestionado por BlackRock, el iShares Bitcoin Trust (IBIT), custodia actualmente 575.778 BTC. Por su parte, MicroStrategy, la empresa dirigida por Michael Saylor, ha acumulado 534.741 BTC en su balance corporativo. En conjunto, estas dos entidades controlan 1.110.519 BTC, superando la cifra estimada atribuida a Satoshi, que según análisis del investigador Sergio Lerner y el conocido «Patoshi Pattern», rondaría los 1.1 millones de BTC. Aun cuando existen matices sobre la exactitud de esta cifra, por ejemplo, investigaciones posteriores sugieren que podría ser menor por posible minería colaborativa o huecos en el análisis original, el consenso general sigue ubicando a Satoshi por debajo del umbral combinado de BlackRock y MicroStrategy.

No obstante, más allá del dato numérico, es esencial considerar la naturaleza cualitativa de estas tenencias. Las monedas asociadas a Satoshi minadas entre 2009 y 2010 permanecen intactas, sin movimientos desde su creación, almacenadas en direcciones sin custodia externa conocida, lo que ha cimentado su aura como el máximo referente de soberanía digital. En contraste, las participaciones institucionales están jurídicamente encadenadas a estructuras corporativas y fiduciarias complejas. En el caso de BlackRock, los BTC respaldan a millones de participaciones del ETF IBIT, representando más una participación indirecta que una tenencia absoluta. MicroStrategy, por su parte, opera con deuda significativa y una estructura de capital que diluye el control real sobre sus BTC entre acreedores, accionistas y obligaciones fiscales.

Este cambio de guardia en la distribución de BTC plantea preguntas de fondo sobre el modelo de propiedad dentro del ecosistema cripto. ¿Puede hablarse de centralización cuando la titularidad está repartida entre millones de beneficiarios institucionales? ¿O estamos ante una forma de descentralización por representación, distinta a la autogestión soberana pero no menos legítima?

La acumulación institucional también acarrea consecuencias de mercado tangibles. Por ejemplo, la creciente correlación entre los flujos de capital hacia ETFs como el IBIT y el precio spot de BTC revela una nueva capa de dependencia: ahora, la demanda institucional y la liquidez del mercado secundario de productos financieros regulados influyen directamente en la cotización del activo. Esta situación, que antes era dominada por la dinámica de exchanges y ballenas individuales, se ve cada vez más modelada por decisiones macroeconómicas, tasas de interés y regulación financiera.

Ante este panorama, conviene recordar que el verdadero legado de Satoshi no reside únicamente en la cantidad de BTC que supuestamente posee, sino en el diseño de un sistema que permite elegir cómo participar: a través de la soberanía individual, mediante almacenamiento en frío y claves privadas; o mediante vehículos institucionales regulados que prometen accesibilidad y seguridad a gran escala.

La creciente acumulación institucional de BTC no debe ser vista como una traición a los principios fundacionales, sino como una señal de madurez del mercado. Sin embargo, es imperativo que los inversores sobre todo aquellos con conocimientos intermedios y avanzados mantengan una vigilancia crítica sobre cómo y dónde almacenan su riqueza digital. La concentración de BTC en manos institucionales es un hecho; pero la custodia, la autonomía y la comprensión de las implicancias legales y económicas de esa concentración, sigue estando como al principio en manos del individuo.

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