Bitcoin frente a la primera prueba inflacionaria tras el cierre de EE. UU.

- ¿Podrá Bitcoin mantener su estabilidad ante el nuevo informe del IPC?
- Los analistas anticipan una reacción moderada mientras el foco del mercado se desplaza hacia el empleo y los aranceles.
Bitcoin se prepara para un evento macroeconómico clave: la publicación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) estadounidense, el primero desde el cierre temporal del gobierno el 1 de octubre.
El dato, que se conocerá el viernes, servirá como referencia directa para la próxima decisión de tasas de interés de la Reserva Federal (Fed), pero los analistas advierten que esta vez la inflación podría no ser el principal motor del mercado.

A diferencia de otros momentos, la atención de los inversores parece dividirse entre las tensiones comerciales con China y la falta de datos recientes del mercado laboral. En este contexto, Bitcoin enfrenta su primera prueba inflacionaria real desde la reapertura de las oficinas federales, con un precio que se mantiene un 11 % por debajo de su máximo de octubre de $126.272, tras un evento de liquidaciones de $19.000 millones.
Expectativas mesuradas y señales mixtas
El consenso anticipa que la inflación general suba del 2,9 % al 3,1 %, aunque datos alternativos del proveedor independiente Truflation apuntan a una cifra más baja, del 2,28 %.
De confirmarse, la lectura sugeriría una moderación gradual de la inflación, lo que reforzaría la narrativa de que la Fed podría mantener su política sin ajustes agresivos en el corto plazo.
Salvo una sorpresa inflacionaria significativa, Bitcoin y los activos de riesgo podrían continuar su rango lateral mientras los operadores esperan señales más claras del frente comercial y laboral.
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El empleo y los aranceles marcan el pulso
El presidente de la Fed, Jerome Powell, reiteró recientemente que el crecimiento económico sigue siendo sólido y que no se observa un debilitamiento pronunciado del empleo.
Sin embargo, esa fortaleza podría convertirse en un arma de doble filo: si los salarios presionan los precios, la Fed podría inclinarse a mantener una postura restrictiva más tiempo del previsto.
Por otro lado, los aranceles recíprocos entre Estados Unidos y China han generado un nuevo frente de incertidumbre.
Las tarifas sobre productos tecnológicos y materias primas están elevando los costos de importación, y algunos analistas temen que estos ajustes reintroduzcan presiones inflacionarias justo cuando la economía parecía estabilizarse.
El foco, entonces, no estará tanto en la cifra puntual del IPC, sino en cómo la Fed la interpreta en conjunto con los datos laborales rezagados y la evolución del comercio internacional.
Aun así, los analistas destacan que el activo muestra mayor resistencia que en ciclos anteriores, cuando la incertidumbre macro provocaba caídas de dos dígitos.
Mientras tanto, el S&P 500 se mantiene apenas 0,37 % por debajo de su máximo reciente, reflejando un apetito selectivo por el riesgo.
Sin embargo, los fondos cotizados (ETF) de Bitcoin han registrado salidas netas en las últimas semanas, señal de que los inversores institucionales se encuentran más cautelosos ante un entorno de política monetaria incierta.
Un mercado que busca dirección
Con los datos de inflación en el horizonte y la Fed evaluando su próxima decisión, Bitcoin se enfrenta a un entorno donde la macro vuelve a dominar la narrativa.
El cierre del gobierno dejó a los economistas sin información reciente del mercado laboral, lo que ha amplificado la volatilidad de las expectativas.
La pregunta de fondo no es si la inflación subirá unas décimas, sino si los mercados ya han descontado todos los riesgos.
En un escenario donde el oro mantiene su estabilidad y los bonos del Tesoro muestran una leve caída de rendimientos, Bitcoin podría seguir actuando como barómetro de confianza frente a la política fiscal estadounidense.
En definitiva, el informe del IPC será una prueba de madurez para un mercado cripto que, tras más de una década, ya no reacciona de manera impulsiva a los datos macro.