Bitcoin, deuda y liquidez: ¿nuevo ciclo de fragilidad?

- La deuda pública de EE. UU. crece más rápido que la liquidez, poniendo en jaque al dólar y a los activos de riesgo.
- Ray Dalio advierte un “infarto económico” en tres años, mientras analistas ven a Bitcoin y al oro como las reservas más sólidas.
$3,79 billones es la capitalización total del mercado cripto en septiembre de 2025.
La liquidez global de bancos centrales osciló entre $28 y $31 billones desde 2023, marcando ciclos de expansión que preceden subidas en Bitcoin.
La reciente intervención de Ray Dalio vuelve a poner sobre la mesa un tema que los mercados financieros prefieren evitar: el fin del ciclo de la deuda estadounidense y la pérdida de fortaleza del dólar como reserva global. En su último análisis, el fundador de Bridgewater Associates señaló que los excesos fiscales actuales —$1 billón anual en intereses, $9 billones en refinanciamiento de deuda y un déficit adicional de $2 billones— configuran un escenario insostenible que podría desencadenar un colapso en apenas tres años.
Dalio encuadra esta dinámica en lo que denomina el “Gran Ciclo de la Deuda”, un proceso histórico en el que la moneda hegemónica pierde poder cuando la deuda y el gasto superan con creces la capacidad de refinanciamiento y la independencia de los bancos centrales se ve erosionada. Para el inversor, este patrón está emergiendo con claridad: caída en las tenencias extranjeras de bonos del Tesoro, alza en las reservas de oro y creciente interés por activos alternativos como Bitcoin.
Liquidez y ciclos de Bitcoin
Más allá de la deuda, la correlación entre la liquidez global y el precio de Bitcoin es cada vez más evidente. Según Alphractal, los aumentos de liquidez de los bancos centrales anteceden en dos meses a las subidas de BTC, alineándose con un ciclo recurrente de cuatro años. Entre 2023 y 2025, la liquidez fluctuó entre $28 y $31 billones, con cada fase expansiva seguida por alzas en Bitcoin.
Suscríbete y recibe las mejores actualizaciones e informes en tu bandeja de entrada

La observación coincide con el patrón clásico: primero fluye capital hacia la economía tradicional y, posteriormente, una parte se dirige hacia activos de riesgo con oferta limitada. Este comportamiento ayuda a explicar las oscilaciones de Bitcoin entre $100.000 y $120.000 en el tercer trimestre de 2025, cuando la liquidez global se estabilizó por debajo de los $30 billones.

El analista Quinten destaca que este paralelismo con la liquidez refuerza la idea de que el mercado de Bitcoin, pese a su narrativa de activo independiente, sigue profundamente ligado a las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales.
👉 Buffett acumula efectivo mientras crece el riesgo en los mercados
Riesgo de fragilidad sistémica
Jamie Coutts, estratega de Realvision, agrega un matiz clave: la deuda está creciendo más rápido que la liquidez. Cuando el ratio liquidez/deuda es bajo, los activos de riesgo se tornan vulnerables. En EE. UU., la situación ya apunta a tensiones de financiación que podrían amplificarse en el corto plazo.

Dalio coincide en que este desbalance es el corazón del problema: si la Reserva Federal pierde independencia y permite que la inflación se descontrole, los bonos del Tesoro y el propio dólar dejarán de ser depósitos confiables de riqueza. En ese escenario, activos de oferta limitada como Bitcoin o el oro ganarían atractivo no tanto por sus méritos individuales, sino como refugios frente a la depreciación monetaria.
Una visión de largo plazo
La evolución del discurso de Dalio también refleja un cambio generacional en las reservas de valor. Si en 2017 lo veía como un activo frágil y susceptible a la regulación, en 2025 lo enmarca como parte de la categoría de “monedas fuertes” junto al oro. Aunque advierte que su volatilidad y riesgos regulatorios persisten, reconoce que su escasez y descentralización lo colocan en el radar de quienes buscan diversificación en un mundo con deuda excesiva y tensiones geopolíticas crecientes.
El mensaje es claro: los mercados ya no pueden analizar al dólar, la deuda y los activos de riesgo de forma aislada. Bitcoin, aunque todavía joven, se mueve al compás de la liquidez global y de la fragilidad del orden monetario actual. Si los pronósticos de Dalio se cumplen, los próximos tres años marcarán no solo el desenlace de un ciclo de deuda, sino también una redefinición del lugar que ocupan las criptomonedas en el sistema financiero. La verdadera lección para los inversores es que, en un mundo de balances inflados y monedas en disputa, la escasez digital de Bitcoin podría convertirse en su ventaja más poderosa.