Bitcoin separa el dinero del Estado, y las stablecoins hacen lo contrario: Alex Gladstein

 Bitcoin separa el dinero del Estado, y las stablecoins hacen lo contrario: Alex Gladstein
  • Alex Gladstein argumenta que la administración Trump ha impulsado políticas que fortalecen el dólar a través de las stablecoins, no a bitcoin
  • Sostiene que mientras bitcoin es una herramienta para separar el dinero del Estado, las stablecoins, al estar centralizadas y respaldadas por deuda de EEUU, refuerzan el poder monetario de Washington

Mientras bitcoin se encarga de separar el dinero del Estado, las stablecoins hacen todo lo contrario. Esta es la premisa fundamental de un reciente ensayo publicado por Alex Gladstein, estratega jefe de la Human Rights Foundation, defensor de los derechos humanos y bitcoin. En el artículo, Gladstein argumenta que, a pesar de la retórica pro-bitcoin y la aprobación de leyes como la «GENIUS Act» para stablecoins, las políticas actuales desde la administración de Trump no están diseñadas para promover la visión original de bitcoin de separar el dinero del Estado, sino todo lo contrario: están utilizando a las stablecoins como una herramienta para expandir la hegemonía del dólar estadounidense.

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Bitcoin separa el dinero del Estado

En la publicación, titulada «Donald Trump is not the Bitcoin President», Gladstein establece una distinción fundamental entre bitcoin y el resto del universo «cripto». Bitcoin, explica, es una red descentralizada y sin permisos diseñada para ser un dinero neutral, similar al oro, pero digital, lo que lo hace resistente a la censura y la confiscación. Su propósito final es arrebatar a los gobiernos el poder de devaluar la moneda a través de la impresión de dinero, señala.

En contraste, la mayoría de los otros «criptoactivos» son tokens emitidos y controlados centralmente por empresas o fundaciones, destaca Gladstein. Dentro de este universo de activos centralizados, señala a las stablecoins como la «aplicación estrella».

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Estos tokens, agrega, que funcionan como fichas de casino digitales respaldadas por activos como los bonos del Tesoro de Estados Unidos, han tenido un éxito masivo al ofrecer una versión del dólar que opera en los rieles de internet, eludiendo el sistema bancario tradicional.

Según Gladstein, aunque la administración Trump ha revertido las políticas «anti-cripto» de la era Biden, su enfoque ha sido promover estas stablecoins. «Trump no es el presidente de Bitcoin. Es el presidente de las stablecoins», sentencia en el ensayo.

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Stablecoins como herramienta del poder estatal

El argumento central de Gladstein es que las stablecoins, lejos de desafiar al sistema fiduciario (fiat), lo fortalecen, ya que al estar respaldadas por deuda estadounidense, un ecosistema de stablecoins próspero genera una demanda masiva y constante de bonos del Tesoro de Estados Unidos.

De hecho, tanto Tether como Circle, emisores de las dos principales stablecoins del mercado (USDT y USDC, respectivamente), ya acumulan más deuda estadounidense que países como Canadá, Alemania, Emiratos Árabes Unidos, entre otros. Para Gladstein, esta dinámica convierte a las stablecoins en una herramienta de poder estatal.

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«Las stablecoins expanden el poder monetario y el alcance de Washington al aumentar el efecto de red del dólar en docenas de países y al ayudar a apuntalar la demanda de la deuda estadounidense», explica. Esta simbiosis entre los emisores de stablecoins y el Tesoro de EEUU crea un sistema que, si bien ofrece una alternativa al sistema bancario tradicional, mantiene al dólar como la unidad de cuenta y el principal activo de reserva.

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Bitcoin prevalecerá

Gladstein concluye recordando la visión original de Satoshi Nakamoto, destacando que el problema fundamental de la moneda convencional es «toda la confianza que se requiere para que funcione». Mientras bitcoin fue diseñado para eliminar esa necesidad de confianza en terceros, las stablecoins son la encarnación de esa confianza: los usuarios deben confiar en que la empresa emisora mantendrá las reservas, no será fraudulenta y no congelará sus fondos.

De hecho, empresas como Tether y Circle cooperan abiertamente con las autoridades estadounidenses, habiendo congelado millones de dólares en tokens a petición de las agencias de la ley, y para Gladstein, este es el punto de quiebre.

Mientras que Bitcoin es «dinero de la libertad» y resistente a la censura, las stablecoins son un dólar digitalizado que, en última instancia, puede ser controlado y vigilado por el Estado, destaca. Aunque reconoce su utilidad como herramienta humanitaria para escapar de la inflación en economías fallidas, advierte que su éxito a largo plazo podría retrasar la transición hacia un estándar monetario verdaderamente descentralizado con bitcoin como protagonista.