Influencers atrás de pérdidas millonarias en memecoins

- MONTOYA pasó de una capitalización de USD 2,75 M a USD 9,95 M en dos minutos, para luego hundirse un 99,7 % a menos de USD 25 000.
- JAILSTOOL alcanzó USD 217 M el 9 de febrero de 2025 y hoy vale poco más de USD 7M (–97 %).
Portnoy ha convertido su afición por los memecoins en una máquina de generar picos fulminantes y caídas estrepitosas. Sus seguidores asisten a operaciones donde el capital entra y sale en cuestión de minutos, dejando a los inversores rezagados frente a pérdidas colosales.
Desde las canchas de basket al casino cripto
Dave Portnoy emergió en la escena como periodista deportivo y crítico de pizzerías en su web Barstool Sports. Con el parón deportivo por la pandemia, abrazó el day-trading y sus aficionados vieron en él a un “degenerado” de las finanzas. En 2024, su perfil de X (antiguo Twitter) pasó a exhibir memecoins: fichas de solana y Ethereum cuyo único argumento de valor es el marketing viral.
Casos de estudio numéricos
- MONTOYA: inspirado en un personaje de Love Island España, se promocionó a USD 2,75 M de market cap y subió en dos minutos a USD 9,95 M. Tras el pico, se desplomó un 99,7 % y hoy apenas supera los USD 25 000.
- JAILSTOOL: primer memecoin de Portnoy, con ticker en clave de burla (“Stool Presidente” vs. “StoolPrisondente”). Llegó a cotizar USD 217 M el 9 de febrero de 2025; hoy, con una caída del 97 %, ronda los USD 7 M.

- GREED y GREED2: GREED tocó USD 37 M en su máximo y se hundió un 99,9 % a menos de USD 50 000. GREED2 retrocedió un 99,5 % desde USD 5,8 M hasta valores bajo USD 25 000.

- KOLHAT y LIBRADICK: la primera perdió 99,8 % (de USD 3 M a USD 10 000) y la segunda, también 99,8 % (de USD 14 M a menos de USD 25 000).

Impacto en el mercado cripto
Estos episodios no son excepcionales: muestran cómo ciertos influencers aprovechan la iliquidez de memecoins para generar picos de precio con volúmenes reducidos. El proceso es sencillo:
- Pre-compra de grandes cantidades cuando la ficha está ilíquida.
- Bombardeo de promoción en redes sociales.
- Explotación del efecto FOMO (miedo a perderse la oportunidad).
- Venta masiva en cuanto el precio escala.
Los que llegan tarde se quedan con pérdidas irreversibles. La repetida salud del mercado tras eventos de este tipo refuerza una narrativa de “sin consecuencias regulatorias”: Portnoy luce sus tokens en la bio, desafía a la SEC y CFTC, y aún consigue reembolsos, como le sucedió con el malogrado memecoin LIBRA, en el que perdió USD 5 M y que el equipo de Milei le devolvió.
Perspectiva profesional
Como veterano del ecosistema Bitcoin, detecto dos lecciones clave:
- Importancia de la liquidez y capitalización real: a diferencia de Bitcoin, con su protocolo auditable y red de más de 15 mil nodos, estos memecoins carecen de fundamentos. Su valor está atado a la especulación instantánea.
- Vigilancia regulatoria y autodefensa del inversor: la ausencia de enforcement real permite a promotores reproducir esquemas pump-and-dump sin coste reputacional ni jurídico significativo. El inversor intermedio debe reforzar sus procesos de due diligence, revisando contratos inteligentes, volúmenes de mercado y concentración de tenedores.
La caída vertiginosa de estos tokens no solo ilustra la fragilidad de las criptomonedas sin modelo de negocio o comunidad activa, sino que subraya el valor de proyectos sólidos y descentralizados como Bitcoin: su propuesta de valor conserva atractivo para inversores que buscan reserva de valor a largo plazo, lejos del ruido mediático.
En definitiva, el fenómeno Portnoy sirve de advertencia: en un ecosistema donde el hype se convierte en moneda, conviene distinguir entre las fichas que prometen un impulso fugaz y las que fundamentan su crecimiento en innovación, adopción y robustez tecnológica. El inversor informado evalúa no solo la fase de despegue, sino la narrativa de sostenibilidad que hay detrás de cada token.