Vanguard abre la puerta a los ETFs cripto para 50 millones de clientes

- ¿Qué significa que el mayor gestor anti-cripto de EE. UU. ahora permita ETFs de Bitcoin?
- Los productos regulados ya superan los 140.000 millones de dólares en activos gestionados.
El giro institucional que nadie esperaba
Durante años, Vanguard se mantuvo como el gran bastión anti-cripto en la industria de la gestión de activos. La firma, con 50 millones de clientes globales y 11 billones de dólares bajo gestión, defendió públicamente que Bitcoin y el resto de activos digitales no encajaban en su filosofía de inversión conservadora. Ese posicionamiento marcó una diferencia frente a sus competidores directos BlackRock y Fidelity, que desde 2023 apostaron activamente por ETFs de Bitcoin y Ethereum.
Ese paradigma cambió de forma abrupta. Según Bloomberg, Vanguard comenzará a permitir que sus clientes negocien ETFs de criptomonedas y fondos mutuos desde su plataforma de corretaje. El anuncio llega tras un año en el que los productos regulados de Bitcoin han demostrado resiliencia operativa, liquidez elevada y un crecimiento acelerado de participación institucional.
Andrew Kadjeski, director de corretaje e inversiones de Vanguard, lo explicó con claridad: los ETFs “han mantenido la liquidez incluso en periodos de volatilidad”, y los procesos internos para gestionarlos “han madurado”. En otras palabras, el mercado ya es suficientemente robusto como para que el mayor gestor escéptico del sector decida sumarse.

Un mercado que dejó atrás la etapa experimental
El cambio de postura no ocurre en el vacío. Desde enero de 2024, los ETFs al contado de Bitcoin escalaron hasta casi 120.000 millones de dólares en activos bajo gestión, convirtiéndose en uno de los lanzamientos más exitosos en la historia del mercado estadounidense. Los ETFs de Ethereum, aunque más modestos, ya alcanzan casi 20.000 millones de dólares, según datos de SoSoValue.
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Este nivel de adopción genera dos efectos claros:
- Maduración estructural.
Los flujos institucionales, con picos superiores a 3.000 millones de dólares diarios durante eventos de alta volatilidad, han reforzado la liquidez y reducido fricciones operativas para grandes actores como Vanguard. - Estandarización regulatoria.
La aprobación por parte de la SEC permitió que estos productos se comportaran como cualquier otro ETF tradicional: procesos de auditoría, custodia especializada, reportes periódicos y estricta supervisión.
Para un gestor que prioriza la estabilidad, estos factores despejan muchos temores operativos.
Vanguard entra, pero mantiene sus límites
La firma aclaró que su apertura no es absoluta. Aunque permitirá negociar ETFs cripto que cumplan con los estándares regulatorios, seguirá excluyendo productos vinculados a memecoins o tokens sin aprobación de la SEC. Esta selectividad está alineada tanto con su cultura corporativa como con la demanda más conservadora de su base de clientes.
Además, Vanguard remarcó que no tiene planes de lanzar sus propios ETFs cripto. Su estrategia es permitir el acceso, no competir directamente con los productos estrella de BlackRock y Fidelity.
Aun así, este movimiento es significativo: los 50 millones de clientes de la firma, muchos de ellos perfiles de inversión conservadores, ahora tienen acceso a vehículos regulados para exposición a Bitcoin y Ethereum. Es un cambio estructural en la arquitectura del mercado estadounidense.
¿Impacto potencial para Bitcoin y el ecosistema?
El ingreso de Vanguard podría amplificar tendencias que ya estaban en marcha:
- Mayor profundización institucional:
Con BlackRock, Fidelity y ahora Vanguard alineados, la narrativa de Bitcoin como activo institucional gana tracción. - Crecimiento de la demanda pasiva:
Las gestoras tradicionales suelen canalizar grandes volúmenes hacia ETFs en función de asignaciones automáticas y perfiles de riesgo. Incluso pequeñas asignaciones porcentuales podrían traducirse en miles de millones en flujos. - Normalización regulatoria:
La decisión refuerza la idea de que los activos digitales, especialmente Bitcoin, atraviesan un proceso de estandarización similar al oro o los REITs.
Este movimiento también envía un mensaje contundente al resto del sector financiero: ignorar Bitcoin ya no es una opción estratégica viable.
Un cambio que reconfigura el tablero
La entrada de Vanguard marca un punto de inflexión simbólico y práctico. La última gran barrera ideológica en la gestión de activos tradicionales ha cedido. Para el inversor intermedio, el mensaje es claro: los activos digitales ya no son un experimento, sino una clase de activo que incluso los más conservadores aceptan como parte del menú.
En un mercado donde cada ciclo redefine la narrativa, este giro tiene el potencial de acelerar la institucionalización de Bitcoin y consolidar los ETFs como el puente definitivo entre el sistema financiero tradicional y el ecosistema cripto. Lo que ocurre desde aquí dependerá de los flujos, la regulación y la capacidad de Bitcoin para seguir demostrando que pertenece con fundamentos al centro del debate económico global.