Trump acelera presión sobre la Fed: decisión sobre Powell es inminente

 Trump acelera presión sobre la Fed: decisión sobre Powell es inminente

Trump reitera que la «terminación de Powell no puede llegar lo suficientemente rápido»
• La Casa Blanca apunta a Warsh como posible sucesor, mientras crece la presión sobre las tasas

El presidente Donald Trump ha intensificado sus críticas contra el actual presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, declarando que una decisión sobre su reemplazo «saldrá muy pronto». Estas palabras, pronunciadas a bordo del Air Force One, marcan un nuevo episodio en la tensa relación entre la Casa Blanca y el banco central más poderoso del mundo.

Desde enero de 2025, Trump ha reiterado en múltiples ocasiones que Powell es «demasiado lento» para reducir las tasas de interés. Durante su campaña, en agosto de 2024, el entonces candidato republicano declaró que los presidentes estadounidenses deberían ejercer influencia directa sobre la política monetaria, un principio que ha reavivado desde que regresó a la Casa Blanca.

En abril de este año, su administración acudió incluso a la Corte Suprema para buscar la autoridad de destituir a funcionarios de agencias federales independientes, incluyendo a Powell. Aunque la demanda sigue sin resolverse, el mensaje político es claro: Trump quiere un cambio de rumbo en la Reserva Federal y no está dispuesto a esperar demasiado.

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Esta semana, Trump volvió a criticar a Powell por no haber seguido el ejemplo del Banco Central Europeo (BCE), que recientemente redujo las tasas de interés. «Powell ahora debe bajar la tasa», enfatizó Trump el viernes, reforzando su postura de que el banco central debe actuar con mayor decisión ante los desafíos económicos. La presión se produce en un contexto donde la herramienta CME FedWatch sitúa la probabilidad de que las tasas se mantengan estables en la próxima reunión del 18 de junio en un sorprendente 97 %. Esto refleja la percepción de los mercados de que la Reserva Federal no cederá a las exigencias políticas en el corto plazo, aunque la presión de la Casa Blanca no deja de aumentar.

¿Quién podría reemplazar a Powell?

Entre los nombres que más suenan para suceder a Powell se encuentra Kevin Warsh, exgobernador de la Reserva Federal. Warsh es conocido por su escepticismo ante las intervenciones agresivas del banco central y su postura crítica hacia el creciente balance de la Fed. Recientemente, Warsh señaló que las políticas expansivas han contribuido a una mayor inflación y al aumento de la deuda federal, preocupaciones que resuenan con el discurso de Trump.

A pesar de que Warsh ha sido descrito como un intervencionista —que solo apoya medidas de estímulo en tiempos de crisis económicas extremas—, su visión de un banco central más comedido y menos dispuesto a expandir su balance podría alinearse con los objetivos de Trump.

Cuando los periodistas preguntaron específicamente por Warsh, Trump respondió: «Es muy apreciado por él», una frase que muchos interpretan como una señal clara de que Warsh es el favorito en la baraja presidencial.

La Reserva Federal, creada en 1913, fue concebida como una entidad independiente del poder político, precisamente para evitar presiones partidistas sobre la política monetaria. Sin embargo, la relación entre la Fed y la Casa Blanca siempre ha sido objeto de tensiones, especialmente en períodos de alta volatilidad económica.

El último gran intento de un presidente para destituir a un presidente de la Fed ocurrió en los años 70, cuando Richard Nixon presionó a Arthur Burns para reducir las tasas antes de su reelección. Ahora, Trump parece decidido a reescribir las reglas del juego.

Si logra reemplazar a Powell por alguien más alineado con su visión, se abriría un nuevo capítulo en la política económica estadounidense. Esto también plantea preguntas clave sobre la credibilidad e independencia futura del banco central, un pilar fundamental para la estabilidad financiera del país.

El debate en torno a la Fed no es meramente político. La decisión de bajar las tasas de interés o de mantenerlas tiene consecuencias directas sobre los mercados financieros, el acceso al crédito y el crecimiento económico. Con la economía estadounidense mostrando signos mixtos —inflación moderada pero persistente, un mercado laboral aún fuerte y crecientes preocupaciones fiscales— la Reserva Federal se encuentra en un punto de inflexión.

Los inversores están atentos a la próxima reunión del FOMC, donde Powell podría defender su mandato y reiterar la necesidad de mantener la independencia de la Fed, incluso ante las presiones de la Casa Blanca. Sin embargo, la señal de Trump es inequívoca: está dispuesto a remover obstáculos para que las tasas bajen y, con ello, estimular la economía en un año políticamente crucial.