Pakistán da su primer paso con Bitcoin: ¿estrategia geopolítica o necesidad económica?

 Pakistán da su primer paso con Bitcoin: ¿estrategia geopolítica o necesidad económica?
  • Pakistán planea crear una reserva estratégica de Bitcoin y destinar 2.000 MW a la minería.
  • Inflación desbordada, escasez de divisas y un sistema bancario ineficaz obligan al país a explorar alternativas.

Pakistán inicia su acercamiento formal a Bitcoin tras años de incertidumbre. El anuncio de una reserva estratégica marca un posible punto de inflexión, aunque aún está lejos de una adopción plena.
En paralelo, se destina energía ociosa para minería, mientras se proyecta un nuevo organismo estatal para regular activos digitales.

Una historia de vaivenes legales y desconfianza institucional

Desde que prohibió el comercio de Bitcoin en 2018, Pakistán ha mantenido una relación ambigua con el ecosistema cripto. Si bien los ciudadanos pueden poseer BTC, el marco legal sigue siendo difuso, lo que ha dejado al activo en una zona gris regulatoria. A esta indefinición se suma una economía plagada de debilidades estructurales: inflación persistente, agotamiento de reservas en moneda extranjera, dependencia de remesas y un sistema bancario anquilosado.

En ese contexto, el anuncio realizado en la Bitcoin Conference 2025 en Las Vegas por Bilal Bin Saqib, director del Consejo de Criptomonedas de Pakistán, introduce un cambio sustancial. El país establecerá una reserva estratégica de Bitcoin, asignará 2.000 megavatios de energía excedente a la minería, y creará una nueva agencia estatal encargada de regular los activos digitales. Este conjunto de medidas busca ofrecer cierta claridad jurídica al uso de Bitcoin y abrir la puerta a su adopción institucional.

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¿Una movida geopolítica o una estrategia económica de supervivencia?

Las reacciones no se hicieron esperar. Algunos analistas consideran que esta iniciativa es un gesto hacia la administración Trump en EE. UU., tras recientes tensiones diplomáticas con India. Otros sostienen que Pakistán busca blindarse ante potenciales sanciones internacionales, como las que ha enfrentado en el pasado por su política exterior.

Sin embargo, reducir esta decisión a una jugada política es ignorar el profundo deterioro económico que atraviesa el país. La inflación oficial supera el 25 % anual, mientras que las reservas netas en divisas apenas alcanzan USD 8.000 millones. La población ha perdido confianza en la moneda local y en las instituciones financieras. En este escenario, Bitcoin representa una alternativa viable para proteger el poder adquisitivo y facilitar las remesas, que representan más del 7 % del PIB.

Bitcoin como solución sistémica: ¿realidad o ilusión?

La implementación de una reserva estatal puede parecer contradictoria con la naturaleza descentralizada de Bitcoin. El riesgo está en que el Estado absorba el activo sin permitir que la población acceda libremente a él. La tenencia estatal por sí sola no garantiza la inclusión financiera, ni permite que los ciudadanos operen fuera del sistema bancario tradicional.

Para que el verdadero potencial de Bitcoin se materialice, Pakistán debe avanzar hacia:

  • Legalización completa del uso cotidiano de BTC
  • Educación financiera sobre autocustodia
  • Infraestructura para pagos sin fricción
  • Protección jurídica contra confiscaciones o restricciones arbitrarias

Solo entonces podrá aprovechar sus beneficios deflacionarios, su resistencia a la censura y su potencial para brindar autonomía económica a mujeres, minorías y regiones rurales marginadas.

Un paso hacia la monetización descentralizada, pero no el destino final

El establecimiento de una reserva estratégica de Bitcoin representa un giro simbólico e importante para un país que históricamente ha oscilado entre el rechazo y la ambivalencia hacia las criptomonedas. No obstante, esta iniciativa debe ser vista como un primer paso, no como un fin en sí mismo.

Bitcoin no fue diseñado para ser acumulado por los gobiernos como un activo especulativo, sino para ser utilizado por los ciudadanos como un refugio ante la degradación monetaria y como una herramienta de libertad financiera. Mientras el acceso siga restringido y las reglas del juego permanezcan turbias, el impacto de esta estrategia será limitado.

Pakistán tiene ante sí una oportunidad única: usar su crisis económica como catalizador para una transformación financiera profunda y descentralizada. Pero como toda revolución, no se logra desde arriba, sino desde la base.