MicroStrategy depende de bitcoin para ingresar al S&P 500

- Bitcoin debe cerrar el segundo trimestre por encima de $95.240 para queMicroStrategy sea elegible para el S&P 500.
- La empresa ya acumula más de 592.000 BTC y podría ser la segunda vinculada a criptomonedas en entrar al índice.
Bitcoin como llave de acceso al S&P 500
MicroStrategy (MSTR), la empresa cotizada con mayor exposición a Bitcoin en el mundo, se encuentra a las puertas de un hito: ser incluida en el índice S&P 500. Pero para que eso ocurra, necesita que Bitcoin mantenga un nivel mínimo de precio hasta el 30 de junio. Según el analista Jeff Walton, el umbral crítico es $95.240. Si BTC cierra el trimestre por debajo de ese nivel, MicroStrategy no cumpliría con el criterio de ganancias acumuladas exigido por el índice.
La norma del S&P 500 requiere que las empresas reporten ganancias netas positivas en los últimos cuatro trimestres. MicroStrategy, sin embargo, ha registrado pérdidas en tres de ellos. En ese contexto, el valor justo de mercado de sus 592.345 BTC determinará si consigue revertir esa situación y lograr el ingreso al índice.
La posibilidad de que esto ocurra no es menor. Walton estima que hay un 91 % de probabilidades de que MicroStrategy sea incluida, siempre y cuando Bitcoin no experimente una caída superior al 10 % en los últimos días del trimestre. Históricamente, según datos desde 2014, BTC ha caído más de un 10 % en solo el 8,7 % de los días analizados. Si restan apenas dos días para el cierre, la probabilidad de una corrección así se reduce a 4,2 %.

BTC, volatilidad geopolítica y oportunidad contable
Durante el fin de semana reciente, el precio de Bitcoin cayó por debajo de los $100.000, presionado por tensiones en Medio Oriente. Sin embargo, el rebote fue rápido. Al momento de redacción, BTC cotiza a $107.090, con una capitalización de mercado superior a los $2,13 billones y un volumen diario de $36.160 millones. La recuperación del 1,82 % en las últimas 24 horas refuerza la tesis de estabilidad para MicroStrategy.
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Otro factor clave ha sido la adopción de las normas ASU 2023-08, vigentes desde enero de 2024, que permiten reflejar las ganancias y pérdidas no realizadas de Bitcoin en los ingresos netos de las empresas. Para MicroStrategy, este cambio contable ha sido decisivo, ya que ahora el desempeño de BTC impacta directamente su línea de beneficios y, por tanto, su elegibilidad para índices bursátiles.
Este nuevo marco contable representa un precedente de peso para otras empresas con tesorerías en Bitcoin, ya que convierte la volatilidad del activo en un componente directo de los informes financieros.
Reconocimiento institucional y estrategia de expansión
MicroStrategy ya fue incluida en el Nasdaq-100 en diciembre de 2024, consolidando su perfil como empresa tecnológica con activos financieros estratégicos. Su potencial ingreso al S&P 500 la colocaría junto a Coinbase, que fue incluida en mayo, como las dos únicas firmas con exposición directa a cripto dentro de este índice bursátil emblemático.
En paralelo, la empresa anunció su intención de recaudar $2.100 millones mediante acciones preferentes con un interés del 10 %, denominadas Serie A Perpetual Strife. Esta inyección de capital serviría para reforzar su estrategia de adquisición de BTC y consolidar su modelo “Bitcoin first”.
Jeff Walton, que ha seguido de cerca la evolución de MicroStrategy, reafirma su optimismo: “Tiene las garantías más prístinas del planeta y más del mejor activo que cualquier otra compañía por múltiplos”. Incluso se ha aventurado a decir que la empresa podría convertirse en la firma más valiosa del mundo.
MicroStrategy está a un paso de cerrar un ciclo estratégico: transformar su balance corporativo en una tesis de inversión ligada directamente al desempeño de Bitcoin. Su posible inclusión en el S&P 500 dependerá menos de sus ventas de software y más de la resistencia del precio de BTC. En esta coyuntura, no se trata solo de una victoria simbólica para la compañía, sino de una validación institucional más amplia de Bitcoin como activo contable, financiero y estructural en la economía del siglo XXI.