Mercado cripto repite patrón de Acción de Gracias

- RSI y MACD vuelven a positivo tras un noviembre crítico.
- Patrones de 2022 y 2023 sugieren un movimiento fuerte en diciembre.
El mercado de criptomonedas entra al cierre del año con una dinámica que despierta interés y cautela a partes iguales: varias métricas técnicas han girado al alza justo después del Día de Acción de Gracias, replicando la misma estructura vista en ciclos previos de 2022 y 2023. La pregunta central no es si habrá movimiento, sino qué dirección tomará cuando la liquidez responda y los flujos institucionales definan el próximo tramo del mercado. Bitcoin volvió a posicionarse sobre los $91,300, Ethereum recuperó los $3,000 y el sentimiento salió de mínimos severos, aunque aún dentro de la zona de miedo. La recuperación no ha sido explosiva, pero sí suficiente para despertar comparaciones con años donde noviembre marcó un punto de inflexión, no el final del recorrido.

Señales técnicas se alinean tras semanas de presión
El repunte ha sido acompañado por un cambio estadístico visible en los indicadores clásicos del mercado:
- Índice de miedo y codicia sube de 11 a 22 en siete días.
- El RSI promedio de criptomonedas saltó de 38.5 a 58.3, alejándose de territorio de sobreventa.
- El MACD normalizado volvió a positivo por primera vez desde inicios de noviembre.
- 82% de los activos principales muestran impulso de tendencia al alza.
Bitcoin gana alrededor de 15%, Ethereum cerca de 8%, mientras Solana registra subidas similares. La capitalización total del mercado se sitúa en 3.21 billones de dólares, con un aumento del 1.1% en 24 horas. La mejora es gradual, no eufórica, pero suficiente para confirmar un cambio en el ritmo.

La comparación histórica toma fuerza debido al comportamiento casi simétrico respecto a los últimos dos años. En 2022, el mercado se estabilizó tras el colapso de FTX; en 2023, la anticipación de los ETF empujó el precio hasta Navidad. Hoy, nuevamente emerge un patrón donde la caída severa se produce antes del festivo y la recuperación técnica llega después.
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Ecos de 2022 y 2023: ¿tercer año consecutivo?
La configuración actual reúne tres coincidencias clave:
- Agotamiento vendedor: el Taker CVD de 90 días pasó de negativo a neutral.
- Recuperación de momentum: MACD y RSI se recuperan desde mínimos pronunciados.
- Liquidez estable pero frágil: no es expansiva, pero ya no cae en picada como semanas atrás.
Si el mercado sigue la pauta histórica, diciembre podría dividirse en dos posibles escenarios:
- Consolidación lateral si la liquidez no mejora, similar a 2022.
- Repunte acelerado si el contexto macro es favorable, como en 2023.
Liquidez: responsable, limitante y posible detonante
Aunque el sesgo técnico es positivo, el mercado no ignora sus riesgos. Con 53% de las garantías en plataformas como Nexo concentradas en BTC, la venta no parece la primera opción para los inversores apalancados. Esa preferencia reduce presión bajista, pero también eleva el riesgo de volatilidad si el apalancamiento se revierte de forma abrupta.
Los creadores de mercado continúan operando con menor balance, lo que significa que movimientos de capital moderados pueden generar velas amplias, tanto al alza como a la baja. Este punto será crucial frente a cualquier anuncio monetario o desequilibrio en las entradas y salidas de los ETF.
Diciembre, un mes que difícilmente será plano
El escenario actual no muestra euforia ni capitulación, sino algo más complejo: transición. El impulso mejora, el sentimiento se normaliza y el precio se sostiene, pero la liquidez aún no confirma una dirección dominante. Por eso, la expectativa de un gran movimiento hacia fin de año no surge del entusiasmo, sino de la estructura estadística que el mercado ha repetido con rigor en dos ciclos consecutivos.
La atención estará puesta en tres ejes:
- Postura de política monetaria de la Reserva Federal.
- Flujos de entrada o salida en ETF de Bitcoin.
- Profundidad y resiliencia en los libros de órdenes.
Si el patrón se mantiene, el mercado estaría entrando en un punto de ruptura similar al de los últimos ciclos posteriores al Día de Acción de Gracias. No hay garantía de dirección, pero sí una base técnica que descarta la neutralidad prolongada.