La pelota está en la cancha de las criptomonedas

 La pelota está en la cancha de las criptomonedas
  • La apertura regulatoria en EE. UU. impulsa una ola inédita de interés institucional, pero su permanencia dependerá del comportamiento de la industria.
  • Bancos, corporaciones y gigantes tecnológicos exploran stablecoins, cadenas privadas y sistemas blockchain, acelerando una transformación que ya no depende de Washington.

Los reguladores estadounidenses han bajado la tensión, la inversión institucional crece y los bancos redescubren la blockchain. Pero, para Maghnus Mareneck, co-CEO de Cosmos Labs, el verdadero punto de inflexión no está en la política: está en la capacidad de la industria cripto para demostrar que puede operar con rigor, profesionalismo y utilidades reales.

Según Mareneck, los próximos tres años serán decisivos. No porque cambien las leyes ―que siguen prácticamente iguales―, sino porque el sector tiene la oportunidad de probar que puede integrarse en la arquitectura financiera sin repetir errores como FTX. Es un mensaje que resuena especialmente ahora, cuando las grandes corporaciones y los bancos están construyendo sus propias cadenas, adoptando stablecoins e incorporando la tecnología blockchain a su infraestructura interna.

De la hostilidad regulatoria a la fiebre del oro corporativa

El ejecutivo describe con claridad el contraste entre los últimos años bajo la administración Biden y el nuevo clima político: “Teníamos miedo todo el tiempo”, afirma, recordando un entorno donde empresas legítimas no podían abrir cuentas bancarias y hasta un comunicado de prensa requería asesoría legal de cientos de miles de dólares.

La llegada de una postura más abierta desde Washington ha hecho que las empresas vuelvan a moverse sin temor. Sin embargo, Mareneck insiste en que ninguna ley fundamental cambió:

Suscríbete y recibe las mejores actualizaciones e informes en tu bandeja de entrada

  • No hubo nuevas definiciones regulatorias.
  • No se modificó la clasificación de valores.
  • No se aprobó un nuevo marco jurídico.

Lo que cambió fue la actitud política y la aplicación de la ley, y eso bastó para que bancos, startups y multinacionales comenzaran a explorar seriamente stablecoins y sistemas blockchain.

En su visión, las stablecoins han pasado de ser experimentos de nicho a convertirse en herramientas estratégicas, especialmente porque fortalecen al dólar al mantenerlo como referencia global. Las empresas entienden el mensaje: Estados Unidos quiere liderar la infraestructura financiera digital.

Las principales stablecoins por capitalización de mercado están vinculadas al USD (Fuente: CoinGecko)

Los bancos descubren que la blockchain resuelve un problema interno

En los últimos años, los bancos estadounidenses gastaron cientos de millones de dólares intentando modernizar sistemas centrales de 40 a 70 años de antigüedad. Los resultados fueron pobres, y eso cambió su perspectiva sobre la blockchain: ya no es un sustituto ideológico del sistema bancario, sino un candidato creíble para reemplazar infraestructuras obsoletas.

En conferencias como Money20/20, el tema dominante fue uno solo: stablecoins. El sector financiero ahora evalúa:

  • Emisión propia de stablecoins internas.
  • Sistemas de contabilidad blockchain para liquidaciones.
  • Cadenas privadas para registros y auditoría.
  • Integración futura con cadenas públicas.

Este último punto es clave: las instituciones quieren control, y eso implica construir sus propias L1. Ejemplos recientes confirman la tendencia:

  • La cadena Arc de Circle.
  • Tempo, la L1 de Stripe.
  • La iniciativa blockchain de Tether.

El patrón es claro: primero cadenas privadas y cerradas; luego, apertura gradual; finalmente, una red institucional interoperable. Paradójicamente, esto materializa la visión de interoperabilidad que proyectos como Cosmos defendían desde hace años.

La tormenta perfecta: adopción fuera de EE. UU. y presión competitiva

Aunque el cambio político fue determinante, Mareneck asegura que el impulso institucional venía formándose desde antes:

  1. La salida a bolsa de Circle, cuya valoración obligó a Wall Street a tomar en serio las stablecoins.
  2. La agresiva estrategia de expansión de Stripe, adquiriendo y desarrollando infraestructura cripto.
  3. Informes de firmas como McKinsey, que muestran adopción orgánica y masiva de stablecoins en Latinoamérica y el Sudeste Asiático.

La combinación de esos elementos con un entorno regulatorio más relajado en EE. UU. creó un punto de no retorno: las grandes corporaciones ya no ven la blockchain como un experimento, sino como un activo competitivo.

El riesgo latente: un futuro gobierno podría revertir avances

Pese al clima positivo, Mareneck advierte que una futura administración podría endurecer la regulación. Pero subraya un matiz importante: cada vez es más costoso políticamente adoptar una postura abiertamente anticripto.

Aun así, insiste en que el futuro no dependerá de la política, sino de la industria:

  • Si la tecnología blockchain demuestra utilidad diaria…
  • Si las stablecoins se integran en comercios, apps y bancos…
  • Si evita escándalos que dañen la confianza…

…entonces ningún gobierno tendrá incentivos reales para revertir la tendencia.

Para Mareneck, la verdadera batalla es cultural: hacer que la distinción entre “web2” y “web3” deje de existir, integrándose naturalmente en servicios que los estadounidenses usan a diario.

¿Por qué Estados Unidos y por qué Nueva York?

A pesar del carácter global y descentralizado del ecosistema cripto, la industria depende de elementos profundamente físicos: capital, talento, regulación y redes de inversión. Y esos elementos están concentrados en EE. UU., especialmente en Nueva York.

Según Mareneck, si las criptomonedas tienen como objetivo redefinir el dinero, es lógico que la transformación ocurra donde el sistema financiero ya está estructurado: Wall Street.

Desde su perspectiva, Estados Unidos no será la capital cripto por dominar la tecnología, sino porque ofrece la plataforma donde los sistemas descentralizados pueden escalar sin fricciones.

Claves para entender lo que viene

El mensaje central de Mareneck es que la pelota está en el tejado de la industria cripto. Estados Unidos ha abierto una ventana histórica, las instituciones están alineadas y la tecnología ha madurado. Pero este progreso no será permanente si el sector vuelve a los excesos, la imprudencia o la falta de transparencia.

El futuro de la adopción depende menos de la política y más de la capacidad del ecosistema para comportarse como un actor profesional del sistema financiero global. Si la industria cumple ese reto, las criptomonedas no solo se integrarán: redefinirán las bases mismas del dinero en el siglo XXI.