Empresas en caída buscan invertir en criptomonedas para resurgir

- Las acciones de Interactive Strength (TRNR) han caído un 99,82 % en el último año
- ¿Una jugada estratégica o una nueva burbuja?
$500 millones en juego, pero con letra pequeña
La compañía de fitness Interactive Strength Inc., que cotiza en el Nasdaq bajo el símbolo TRNR, ha sorprendido al mercado al anunciar la creación de la que sería la tesorería corporativa en tokens de inteligencia artificial más grande del mundo. El objetivo: adquirir hasta $500 millones en tokens $FET, nativos de Fetch.ai, una red descentralizada de agentes de IA que busca competir con gigantes como OpenAI y Anthropic.
El anuncio fue recibido con escepticismo en los mercados. Si bien la cifra de $500 millones acaparó titulares, el acuerdo revela que solo $55,5 millones han sido comprometidos de inmediato, y los restantes $444 millones están sujetos a una cláusula opcional de conversión de deuda, activable únicamente si los inversores lo consideran rentable.
Una compañía en crisis que apuesta por tokens
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TRNR no es una empresa en expansión, sino una compañía en plena reestructuración. Según su último informe a la SEC:
- Pérdida neta en 2024: $34,9 millones
- Ingresos anuales: apenas $3,9 millonesx|
- Caída del 71 % en el precio de sus acciones en seis meses
- Desplome del 99,82 % en un año

El contraste entre el tamaño de la inversión proyectada y la delicada situación financiera de la compañía ha encendido las alarmas entre analistas e inversores. La estrategia recuerda a episodios de la era ICO, donde compañías al borde del colapso trataban de revitalizar su imagen con promesas de blockchain.
Fetch.ai: ¿Innovación disruptiva o sobreventa de narrativa?
El token $FET, protagonista de esta apuesta, ha perdido más del 50 % de su valor en los últimos seis meses, convirtiéndose en uno de los activos con peor rendimiento dentro del creciente ecosistema de tesorerías corporativas en cripto.

Aunque Fetch.ai presume de haber lanzado el primer modelo de lenguaje grande (LLM) descentralizado y de tener aplicaciones en sectores como salud y finanzas, su token se ha vuelto más un activo especulativo que una herramienta de uso real. Un analista del sector lo resumió con dureza: “FET es el XRP de la IA: mucho marketing, poca sustancia.”
La narrativa corporativa: IA y fitness
Desde la dirección de TRNR, la narrativa se enfoca en “sinergias” entre inteligencia artificial y entrenamiento personalizado. Según su CEO, Trent Ward, los agentes de IA podrían optimizar rutinas de ejercicio, anticipar fallas técnicas de los equipos y ofrecer incentivos con tokens para hábitos saludables. Sin embargo, estos beneficios todavía no se han traducido en ingresos o adopción concreta.
Además, la compañía ha firmado una alianza estratégica con Fetch.ai para desarrollar estos agentes inteligentes, posicionando la jugada como una “evolución” de su propuesta de valor, no un desvío de su negocio principal. Sin embargo, la magnitud y naturaleza de la inversión ha generado dudas sobre quién lleva realmente el timón estratégico.
¿Estrategia visionaria o repetición de viejos errores?
El episodio recuerda al célebre caso de Long Blockchain Corp, que en 2017 multiplicó su valor bursátil tras cambiar su nombre desde “Long Island Iced Tea Company”. Aquel movimiento, basado en especulación y sin fundamentos reales, terminó con su exclusión del Nasdaq.
En ese contexto, Interactive Strength parece arriesgar su reputación y autonomía en un acuerdo que, en última instancia, depende del éxito de un activo volátil como $FET. La cláusula de emisión de deuda adicional refuerza la idea de que la empresa está vendiendo opcionalmente su futuro a cambio de una narrativa de moda.
Mientras el ecosistema de tesorerías corporativas con Bitcoin se consolida con nombres sólidos como MicroStrategy, la apuesta por tokens menos líquidos y con fundamentos discutibles plantea un nuevo dilema para los inversores institucionales.
El movimiento de TRNR invita a reflexionar: ¿hasta qué punto puede una narrativa emergente como la combinación de IA y cripto rescatar a empresas con modelos de negocio débiles o en declive? Y más aún, ¿cómo distinguir entre una estrategia visionaria y un último intento por sobrevivir en los mercados públicos?
La respuesta, como siempre en cripto, no está en las promesas, sino en los números. Y por ahora, los de TRNR siguen en rojo.
La reacción inmediata del mercado
El anuncio no tardó en reflejarse en los mercados. El mismo día del comunicado, las acciones de TRNR cayeron más de un 21 %, mostrando el escepticismo del mercado ante una operación percibida como oportunista y altamente especulativa. En el gráfico intradía puede observarse con claridad la magnitud de la caída y la falta de recuperación sostenida durante la jornada.
