Bitcoin y stablecoins: la nueva batalla de los pagos

- Más de $150 millones de dólares en recaudación estimada por impuestos a transacciones cripto en EE. UU.
- ¿Son Bitcoin y las stablecoins infraestructura financiera o solo un riesgo especulativo?
El debate sobre el futuro de los pagos digitales ya no es un tema de foros tecnológicos ni un nicho de entusiastas. El 20 de agosto de 2025, el gobernador de la Reserva Federal, Christopher Waller, planteó en el Simposio Blockchain de Wyoming que los sistemas de pago atraviesan una “revolución tecnológica”, donde Bitcoin y las monedas estables ocupan el centro de la discusión. El funcionario no presentó a los activos digitales como apuestas especulativas, sino como parte de la evolución histórica del dinero: desde las tarjetas de cartón de los años 50 hasta los pagos móviles actuales. La diferencia radica en que ahora el debate trasciende lo comercial y se ubica en el terreno geopolítico, regulatorio y cultural.

De la especulación a la infraestructura
La narrativa del “próximo Bitcoin” parece agotada. Durante años, los minoristas persiguieron la ilusión de que algún token replicaría el ascenso del BTC desde unos centavos a más de $100.000 dólares. Esa expectativa, más propia de una lotería, se diluye frente a una nueva realidad: Bitcoin se perfila como oro digital y las monedas estables como dólares digitales.
Las stablecoins, inicialmente diseñadas para resguardar valor frente a la volatilidad cripto, hoy cumplen funciones que van más allá de la especulación:
- Transferencias internacionales más baratas que las ofrecidas por proveedores tradicionales.
- Acceso bancario en países con inflación crónica.
- Instrumento de liquidez en el comercio global.
“Las monedas estables tienen el potencial de mantener y ampliar el papel del dólar a nivel internacional”, señaló Waller. El comentario llega en un contexto donde la Ley GENIUS, promulgada en julio, se convirtió en la primera regulación federal de criptomonedas en EE. UU.
Suscríbete y recibe las mejores actualizaciones e informes en tu bandeja de entrada
Innovación privada, supervisión pública
El debate no es si la innovación debe existir, sino quién debe liderarla. Para Waller, la iniciativa privada es la que impulsa con mayor eficiencia la asignación de recursos y la asunción de riesgos. La Reserva Federal, en cambio, debe ofrecer el andamiaje institucional que garantice seguridad y resiliencia.
En esa lógica, distinguió dos modelos:
- Innovación privada: ejemplos como las redes de tarjetas y las stablecoins, con crecimiento acelerado en adopción.
- Infraestructura pública: Fedwire y FedNow, sistemas de pago instantáneo que sirven de columna vertebral al mercado financiero.
Ambos, enfatizó, serán necesarios para sostener el salto hacia una economía de pagos digitales 24/7.
IA y blockchain: convergencia inevitable
Si la tecnología blockchain permitió la liquidación continua, la inteligencia artificial promete automatizar procesos críticos: conciliaciones, monitoreo regulatorio y prevención de fraudes. Según Waller, la IA podría convertirse en la “próxima ola” de innovación en pagos, integrándose de forma invisible en el funcionamiento del sistema financiero.
La convergencia entre IA y blockchain crea una doble capa: por un lado, trazabilidad y confianza; por el otro, optimización operativa en tiempo real. Esta mezcla, aunque potente, abre interrogantes regulatorios y éticos aún sin respuesta.
Criptoactivos: del escepticismo al reconocimiento institucional
Hace diez años, Bitcoin se asociaba con foros anónimos y volatilidad descontrolada. Hoy aparece en ETFs, balances corporativos y hasta en hipotecas tokenizadas. Las monedas estables ya no se discuten como simples herramientas de traders, sino al nivel de Visa o Mastercard.
La conferencia en Wyoming reunió a reguladores, tecnólogos y banqueros centrales, un reflejo de cómo la percepción cultural cambió. Lo que antes era “dinero de mentira” ahora se discute en las mesas donde se define la política monetaria.
¿Apuesta o infraestructura?
El mensaje de fondo es claro: perseguir el “nuevo Bitcoin” sigue siendo una estrategia de riesgo elevada. Sin embargo, tanto para reguladores como para instituciones, la atención se centra en la infraestructura financiera que ya se está consolidando.
- Bitcoin: reserva de valor que compite con el oro.
- Stablecoins: extensión digital del dólar en el comercio global.
- Contratos inteligentes e IA: la nueva columna vertebral de la economía digital.
El reto, como señaló Waller, es encontrar un equilibrio entre innovación y estabilidad. La historia sugiere que ambos —sector privado y Reserva Federal— tendrán que colaborar para evitar que la revolución tecnológica en pagos derive en un riesgo sistémico.