Bitcoin pierde impulso mientras ETFs cierran en rojo

- Los ETF de Bitcoin encadenan cuatro días de salidas, acumulando pérdidas por $1.400 millones tras tocar máximos históricos.
- Ethereum revierte su tendencia bajista con entradas por $73,3 millones, en un contexto global de mayor aversión al riesgo.
A medida que los mercados se recalibran ante crecientes tensiones geopolíticas y amenazas arancelarias, los flujos institucionales en el ecosistema cripto están comenzando a redistribuirse. Bitcoin, que recientemente alcanzó un máximo histórico, ahora enfrenta una corrección silenciosa en los mercados financieros tradicionales: sus ETF han registrado cuatro días consecutivos de salidas, mientras que Ethereum muestra señales de recuperación. ¿Se trata de un simple respiro técnico o de un cambio estructural en el apetito institucional?
ETF de Bitcoin: una corrección tras la euforia Según datos de SoSoValue, los ETF estadounidenses que siguen el precio al contado de Bitcoin registraron salidas por $196,18 millones el martes, en una secuencia que acumula más de $1.400 millones en desinversiones desde el pasado viernes. Aunque la magnitud diaria ha ido disminuyendo —con $812 millones el viernes y $333 millones el lunes—, la tendencia negativa sigue presente.

Este retroceso ocurre en un momento de alta incertidumbre geopolítica. Las amenazas del expresidente Donald Trump sobre nuevos aranceles a India, así como a sectores estratégicos como el farmacéutico y de semiconductores, han reforzado el sentimiento de aversión al riesgo, llevando a varios actores institucionales a reducir su exposición a activos volátiles como Bitcoin.
A pesar de ello, el precio del BTC se mantiene relativamente estable en torno a los $115.000, con una caída semanal de solo 2%, lo que sugiere que las ventas están concentradas en los instrumentos regulados más que en el mercado spot.
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Ethereum recupera flujo en medio del repliegue
En contraste con el comportamiento de los fondos de Bitcoin, los ETF de Ethereum registraron entradas netas por $73,3 millones el mismo martes. Esto rompe una racha de dos días de salidas, que sumaban $617 millones entre el lunes y el viernes anteriores.
El contexto es relevante: antes de este retroceso puntual, Ethereum había encadenado 20 días consecutivos de entradas positivas, impulsadas por un fuerte repunte en su precio tras la aprobación de los primeros fondos spot.
La diferencia de comportamiento entre ambos activos refleja no solo un reposicionamiento temporal por parte de los inversores, sino también la divergencia en los ciclos de hype y consolidación que atraviesan los dos principales criptoactivos.
¿Cambio de narrativa o pausa táctica?
Aunque algunos analistas ven estas salidas como una señal de agotamiento institucional respecto a Bitcoin, otros sugieren que estamos ante un reajuste natural tras el frenesí por los nuevos máximos.
Algunos factores clave que explican este movimiento:
- Toma de ganancias institucional tras meses de fuerte entrada de capital.
- Reequilibrio de portafolios debido a tensiones geopolíticas y cambios en política monetaria.
- Rotación táctica hacia Ethereum, aún en fase de “price discovery” post ETF.
Desde una perspectiva técnica, Bitcoin continúa defendiendo zonas clave, y la falta de ventas agresivas en el mercado spot sugiere soporte subyacente. Sin embargo, la presión de los flujos en los fondos regulados puede generar episodios de volatilidad si se intensifica la aversión al riesgo.
Claves para observar en los próximos días
- ¿Se estabilizarán los flujos de los ETF de Bitcoin o veremos una quinta jornada de salidas?
- ¿Ethereum logrará mantener su tendencia positiva o solo es un rebote técnico?
- ¿Cómo impactará la narrativa electoral de Trump y sus amenazas comerciales en los activos de riesgo?
Los flujos de capital están hablando: los inversores institucionales, que impulsaron la última gran ola de compras en Bitcoin, ahora se tornan más cautelosos. Mientras tanto, Ethereum emerge como alternativa táctica en un entorno de reacomodo geopolítico y económico. Este reordenamiento no implica una pérdida de confianza estructural, pero sí una señal clara de que el mercado cripto ha entrado en una nueva fase, más sensible a las variables tradicionales del macro global.