Bitcoin frente a los $90.000: pausa, liquidez y señales cruzadas

- Bitcoin se mantiene cerca de los $88.000, con un volumen diario aproximado de $40.000 millones, limitado por la baja liquidez de fin de año y una menor participación institucional.
- Las salidas de ETF al contado rondan los $6.000 millones en el cuarto trimestre, mientras el apalancamiento y el interés abierto en derivados se han reducido casi un 50 % tras el último vencimiento de opciones.
$88.000 es hoy el punto de equilibrio psicológico para Bitcoin. No se trata de un nivel aleatorio, sino del centro de un rango amplio que ha definido el comportamiento del mercado en las últimas semanas, entre $85.000 y $95.000. En un contexto normal, este tipo de consolidaciones suele pasar desapercibido; sin embargo, el cierre de año introduce variables adicionales que distorsionan la lectura de corto plazo y obligan a separar el ruido estacional de las tendencias estructurales.
Al momento de redactar esta nota, Bitcoin cotiza alrededor de $88.063, con una variación diaria cercana al +1 %. La cifra es modesta, pero reveladora: incluso con intentos reiterados de superar los $90.000, el mercado carece de la convicción necesaria para sostener una ruptura. Diciembre, históricamente, es un mes de menor liquidez, y 2025 no ha sido la excepción. Las mesas institucionales reducen exposición, muchos operadores cierran libros y el volumen se vuelve más reactivo que direccional.

Un mercado grande, pero temporalmente contenido
Bitcoin cuenta hoy con un suministro circulante de 19.969.296 BTC, cada vez más cerca de su límite absoluto de 21 millones. A estos precios, la capitalización de mercado se sitúa en torno a $1,76 billones, una cifra que coloca al activo entre los más relevantes del sistema financiero global. Sin embargo, el tamaño no inmuniza al mercado frente a fases de letargo.
Tras marcar un máximo histórico a inicios de octubre, con una subida cercana al 30 % en el año, el precio sufrió una corrección abrupta que redefinió la estructura de mercado. Desde entonces, Bitcoin acumula una caída aproximada del 5 % en comparación interanual, encaminándose si no hay un giro de última hora a su primera pérdida anual en tres años. El dato, aunque llamativo, debe interpretarse con cautela: viene precedido de dos años excepcionalmente alcistas y de un proceso de maduración del mercado.
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ETF, derivados y el pulso institucional
Uno de los cambios más relevantes en este trimestre ha sido el enfriamiento de la demanda por ETF de Bitcoin al contado. Las salidas netas de alrededor de $6.000 millones en el cuarto trimestre han añadido presión en un momento donde el mercado necesitaba flujos frescos para romper resistencias. Este fenómeno no implica necesariamente un cambio de tesis a largo plazo, sino una reconfiguración táctica de carteras ante incertidumbre macro y fiscal.
En paralelo, el mercado de derivados ha enviado señales claras de descompresión. Tras el vencimiento récord de opciones de la semana pasada, el interés abierto cayó casi un 50 %, evidenciando que muchos operadores prefirieron reducir riesgo. La dinámica de gamma también se invirtió: posiciones que antes amplificaban movimientos alcistas ahora tienden a suavizarlos, especialmente en entornos de baja liquidez.
Las tasas de financiación ofrecen otra pieza del rompecabezas. En episodios recientes, la financiación perpetua llegó a superar el 30 % anualizado en plataformas como Deribit, un nivel que suele asociarse con posicionamiento sobrecalentado. Estos picos, lejos de ser señales inequívocas de fortaleza, suelen preceder fases de ajuste o lateralización, como la actual.
Técnica y estructura: niveles que importan
Desde una perspectiva técnica, el precio continúa moviéndose dentro de una formación amplia, con rechazos repetidos en la zona de $90.000–$91.400. Más arriba, $94.000 se perfila como la resistencia clave: un cierre semanal sostenido por encima de ese nivel podría habilitar extensiones hacia $101.000 e incluso $108.000. No obstante, hablar de esos objetivos sin un retorno claro de liquidez sería prematuro.
En el lado inferior, $84.000 actúa como soporte crítico. Una pérdida clara de esa zona cambiaría el tono del mercado y abriría la puerta a un retroceso más profundo, hacia el rango de $72.000–$68.000. Por ahora, ese escenario no es el base, pero ignorarlo sería un error, especialmente en un mercado que aún digiere excesos de apalancamiento del pasado reciente.
Contexto macro y narrativa
Resulta llamativo que este estancamiento de Bitcoin contraste con la recuperación de otros activos de riesgo. Las acciones estadounidenses han mostrado resiliencia tras episodios de volatilidad ligados a tensiones comerciales y políticas. Bitcoin, en cambio, parece tomarse una pausa. Parte de la explicación reside en que el activo venía de liderar el ciclo alcista previo y necesitaba un proceso de redistribución más profundo.
El entusiasmo inicial del año, alimentado por expectativas de políticas más favorables hacia el sector cripto, dio paso a una fase de mayor prudencia. No es un giro ideológico contra Bitcoin, sino un recordatorio de que incluso los activos con fundamentos sólidos no se mueven en línea recta.
El momento actual exige disciplina analítica. La falta de movimiento no equivale a debilidad estructural, del mismo modo que los repuntes explosivos no garantizan continuidad. Bitcoin sigue siendo un activo escaso, con fundamentos monetarios claros y una adopción institucional que, aunque intermitente en el corto plazo, continúa avanzando.
Este cierre de año deja una lección recurrente para el inversor experimentado: los periodos de baja liquidez tienden a exagerar señales de corto plazo y a castigar a quienes confunden paciencia con inacción. Más allá de si Bitcoin rompe o no los $90.000 en los próximos días, el foco debería mantenerse en los niveles que realmente definen tendencia y en la comprensión de que, en mercados maduros, las pausas también forman parte del avance.