Bancos centrales adoptarán bitcoin como reserva para 2030, avisa Deutsche Bank

- Deutsche Bank predice que bitcoin coexistirá con el oro en las hojas de balance de muchos bancos centrales para el año 2030
- Esta adopción será impulsada por la continua caída del dólar como activo de reserva global y por la maduración de bitcoin, que sigue un camino similar al que recorrió el oro en el siglo XX
¿Puede bitcoin entrar a las reservas de los bancos centrales? Según Deutsche Bank, no sólo es posible, sino que podría ocurrir en los próximos años. En un informe publicado por el Deutsche Bank Research Institute, titulado «Bitcoin vs. Gold: The Future of Central Bank Reserves by 2030», la institución concluye que, para el final de la década, bitcoin se habrá consolidado como un activo de reserva legítimo, coexistiendo junto al oro en las tesorerías de las naciones. La predicción, que representaría un cambio monumental en la composición de las reservas de los bancos centrales, se basa en la creciente debilidad del dólar estadounidense y en la evolución de Bitcoin como un activo más maduro y estable.
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La caída del dólar y el ascenso de los activos alternativos
El informe sitúa su análisis en un contexto de profunda transformación del sistema monetario global, con la «desdolarización» como elemento clave. Según los datos del banco, la participación del dólar estadounidense en las reservas de los bancos centrales ha caído drásticamente, pasando del 60% en el año 2000 a solo el 43% en 2024.
Esta tendencia, impulsada por la incertidumbre geopolítica y el deseo de una mayor independencia monetaria, está obligando a los bancos centrales a buscar activamente alternativas para diversificar sus tenencias.
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Históricamente, el oro ha sido el principal refugio y la alternativa por defecto al dólar. Sin embargo, el informe argumenta que bitcoin está emergiendo como un «oro digital», capaz de ser un complemento creíble.
En este sentido, los investigadores explican que bitcoin comparte características clave con el metal precioso, como una oferta escasa, una baja correlación con los activos tradicionales y la ausencia de riesgo de contraparte.
Asimismo, el reporte señala la decisión de la administración de Donald Trump de establecer una Reserva Estratégica de Bitcoin en Estados Unidos, como un catalizador fundamental que podría legitimar el activo a nivel mundial y sentar un precedente para otras naciones.
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Del oro a bitcoin
Una de las principales críticas contra BTC como activo de reserva ha sido su extrema volatilidad. Sin embargo, el informe de Deutsche Bank desestima este argumento contextualizándolo históricamente, bajo una comparativa con el oro.
Los analistas trazan un paralelismo directo con la historia del oro, recordando que el metal precioso también experimentó períodos de inmensa volatilidad y escepticismo, especialmente tras el fin del sistema de Bretton Woods, antes de ser aceptado universalmente como un activo de reserva estable.
Bitcoin, según el informe, está siguiendo un camino similar. La maduración del mercado, impulsada por una mayor claridad regulatoria en jurisdicciones clave como Estados Unidos y la Unión Europea (UE), está conduciendo a una mayor liquidez y, en consecuencia, a una disminución de la volatilidad, señala el banco.

De esta forma, el documento destaca como prueba de esta madurez el hecho de que en agosto la volatilidad de BTC alcanzó mínimos históricos, precisamente en un momento en que su precio superaba un nuevo máximo histórico por encima de los $123.500.
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Un futuro de coexistencia, no de reemplazo
La predicción de Deutsche Bank no es que bitcoin y el oro vayan a reemplazar al dólar estadounidense como la principal moneda de reserva del mundo, ya que el informe señala que ninguno tiene la capacidad de hacerlo, y que los países seguirán protegiendo la soberanía de sus propias monedas.
En cambio, la visión para 2030 es una de coexistencia entre BTC y el oro actuando como activos de diversificación para las reservas de los bancos centrales. Tanto bitcoin como el oro son vistos como activos complementarios, que ofrecen a los bancos centrales una poderosa herramienta de diversificación frente a las monedas fiduciarias tradicionales, así como cobertura eficaz contra la inflación y la inestabilidad geopolítica.
«Creemos que la adopción de bitcoin continuará, ya que los avances regulatorios, las condiciones macroeconómicas y —sobre todo— el tiempo deberían permitir que el público lo acepte cada vez más como reserva de valor», concluye el banco.