19 de abril de 2025

¿Qué le da valor a Bitcoin?

 ¿Qué le da valor a Bitcoin?

El precio de Bitcoin se determina principalmente por la ley de oferta y demanda. Cuando la demanda aumenta, su precio sube; cuando disminuye, su precio baja. Esta dinámica está influenciada por diversos factores: el grado de comprensión de los usuarios sobre Bitcoin, eventos económicos relevantes, tensiones geopolíticas, la evolución de la industria cripto y los fundamentos propios del activo.

Uno de los puntos de partida para su valoración es el costo de producción, es decir, lo que cuesta minar un bitcoin. En abril de 2025, este precio promedio ronda los 76.000 dólares. A ese costo se suman lo que aporta valor y eso son sus cualidades únicas, que lo hacen atractivo y, por ende, demandado por sus usuarios. A continuación, exploramos sus características más relevantes:

1. Un activo finito

Solo existirán 21 millones de bitcoin. Esta escasez digital programada garantiza que no se puede emitir más allá de ese límite, lo cual transmite confianza a los usuarios: su patrimonio no será diluido con el tiempo por inflación, como ocurre con monedas fiduciarias.

2. Inconfiscable

Bitcoin otorga control total al usuario. Solo quien posee las claves privadas puede mover o gastar sus fondos, sin necesidad de intermediarios ni autorizaciones. Esta propiedad lo convierte en un instrumento poderoso para proteger la propiedad privada, incluso en contextos de represión económica o inestabilidad política.

3. Portabilidad global

Mover grandes cantidades de valor a través de fronteras es posible en cuestión de minutos. Solo se requieren 12 palabras (la semilla de recuperación) y una aplicación en un teléfono, computadora o incluso un dispositivo del tamaño de una memoria USB. Esto lo hace más portátil que cualquier otro activo tradicional.

4. Soberanía digital

Bitcoin no está gobernado por ningún Estado, institución o grupo. Su desarrollo, funcionamiento y regulación se rigen por un código abierto y descentralizado, mantenido por miles de nodos distribuidos globalmente. Cada computadora “nodo” es un voto en las decisiones del protocolo, lo que garantiza resistencia a manipulaciones externas.

5. Privacidad parcial (pseudoanonimato)

Cada 10 minutos se ejecutan transacciones y se audita las unidades en circulación, aunque todas las transacciones son públicas, las identidades detrás de las direcciones “cuentas” no se conocen. Si se aplican buenas prácticas de navegación y privacidad, no se puede vincular una dirección específica con una persona.

6. Creación justa (inmaculada)

Bitcoin fue lanzado sin privilegios para ningún grupo o entidad. En sus inicios, cualquier persona con una computadora podía participar en la minería y recibir recompensas por la actividad. No hubo preminado, ni una organización que se quedara con una parte significativa del suministro, como si ocurre con el 99% de los criptoactivos. Quienes han obtenido bitcoin a lo largo del tiempo con la mineria lo han hecho asumiendo costos reales: energía, equipos y conocimientos técnicos.

7. Activo real y digital

A diferencia de los activos financieros tradicionales, Bitcoin no representa una deuda, promesa o pasivo de terceros. No depende de la voluntad de una empresa o gobierno para existir o funcionar. En este sentido, se asemeja al oro, pero con una ventaja clave: es digital, auto-verificable y transferible globalmente. Por eso se le considera un activo real digital.


Conclusión

Bitcoin (con mayúscula) es el protocolo que garantiza su funcionamiento ininterrumpido 24/7, mientras que bitcoin (con minúscula) es la unidad monetaria que tiene un precio en el mercado. Desde su lanzamiento en 2009, ha emergido como una alternativa monetaria en construcción. Aunque aún está en etapas tempranas de adopción y entendimiento por los usuarios, sus características lo hacen un activo único y digno de estudio. Comprender sus fortalezas y debilidades es clave para tomar decisiones informadas.

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