Los holders de largo plazo venden Bitcoin

- El suministro de Bitcoin en manos de tenedores a largo plazo cayó a 71,9%, el nivel más bajo en ocho meses, coincidiendo con un debilitamiento técnico del precio.
- El mercado enfrenta un dilema clásico de ciclo: distribución avanzada o última fase de sacudida antes de un nuevo tramo alcista.
El comportamiento de los tenedores a largo plazo suele actuar como un termómetro silencioso del ciclo de Bitcoin. No reaccionan al ruido diario, pero cuando comienzan a reducir exposición de forma sostenida, el mercado debería prestar atención. En las últimas semanas, ese indicador ha vuelto a encenderse.
Según métricas on-chain ampliamente utilizadas en la industria, las entidades que han mantenido Bitcoin durante más de 155 días redujeron su participación en el suministro circulante hasta el 71,92%, el nivel más bajo desde abril. En términos absolutos, esto implica una caída de 500.000 BTC desde los máximos recientes, y un retroceso significativo frente al 76% registrado en julio.

¿Qué nos dice la historia del ciclo?
Este comportamiento no es nuevo. En ciclos anteriores, especialmente en 2017 y 2021, las fases de euforia impulsadas por flujos minoristas e institucionales vinieron acompañadas de ventas progresivas de LTH, que aprovecharon precios elevados para distribuir liquidez. En ambos casos, la reducción del suministro de largo plazo coincidió con picos de mercado o con zonas de transición previas a correcciones relevantes.
En abril, cuando Bitcoin retrocedió desde los $109.000 hasta la zona de $74.000, los LTH reaccionaron de forma opuesta: acumularon. Ese movimiento elevó su participación al 76% y precedió a un repunte de más del 65%, que llevó al precio hacia nuevos máximos históricos cercanos a $123.000.
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El paralelismo es tentador, pero no automático. La diferencia clave ahora es la velocidad y magnitud de la distribución reciente.
Distribución acelerada y presión de ballenas
Los datos de variación del suministro de LTH muestran que, en un período móvil de 30 días, el mercado absorbió una salida neta de hasta 1,1 millones de BTC a finales de noviembre, la segunda mayor caída histórica registrada para este grupo. Incluso tras moderarse, el retroceso reciente sigue siendo significativo: 761.000 BTC menos en solo un mes.

A esto se suma la actividad de grandes actores. En el mismo período, las ballenas liquidaron aproximadamente $2.780 millones en BTC, manteniendo una presión vendedora constante. Este flujo no implica necesariamente pánico, pero sí una rotación clara de manos fuertes hacia liquidez, algo que suele ocurrir cuando el mercado entra en fases de mayor incertidumbre.
Un contexto técnico más frágil
Desde el punto de vista técnico, el escenario acompaña esa cautela. Bitcoin perdió el soporte de la media móvil de 50 semanas y el nivel de apertura anual en torno a $93.300, debilitando su estructura de medio plazo. La ruptura de una bandera bajista por debajo de $92.000 confirmó un patrón correctivo que el mercado aún no ha invalidado.
Las zonas a vigilar son claras:
- $83.800, mínimo local reciente y referencia clave de corto plazo.
- $80.500, mínimo de varios meses alcanzado en noviembre.
- $68.500, objetivo técnico del patrón bajista, alineado con la media móvil de 200 semanas.

Una caída hacia esta última zona implicaría un retroceso cercano al 20% desde niveles actuales, algo que, aunque incómodo, no sería excepcional dentro de un ciclo alcista de Bitcoin.
On-chain y sentimiento: el control sigue en disputa
Otros indicadores refuerzan la narrativa de cautela. La EMA de 20 días comenzó a inclinarse a la baja y el RSI se mantiene en territorio negativo, sugiriendo que los vendedores conservan el control en el corto plazo. En términos on-chain, niveles como $83.800 (base de costo de ETF) y $81.200 (precio realizado del mercado) aparecen como referencias críticas para evaluar si la oferta encuentra demanda estructural.
Aquí es donde el análisis exige matices. La capitulación parcial de LTH puede interpretarse como una señal bajista táctica, pero no necesariamente como el fin del ciclo. En ocasiones anteriores, estas fases han servido para transferir Bitcoin desde manos débiles o intermedias hacia nuevos acumuladores, sentando las bases de tramos alcistas posteriores.
La caída del suministro de Bitcoin en manos de tenedores a largo plazo no debe leerse en blanco y negro. Refleja un mercado que está probando convicciones, ajustando expectativas y redefiniendo soportes. Para el inversor experimentado, el valor no está en anticipar cada mínimo, sino en entender qué tipo de riesgo se está asumiendo en cada fase del ciclo. Bitcoin sigue siendo un activo escaso, pero incluso la escasez necesita tiempo, paciencia y contexto para expresarse en precio.