Las acciones y el oro suben: ¿por qué Bitcoin se hunde?

- El oro, la plata, la IA y el S&P 500 marcan máximos mientras Bitcoin cae más de 15% en pocas sesiones.
- La relación Bitcoin-oro se desploma un 50% desde su pico de 40x y refleja una debilidad relativa inédita en 2025.
La divergencia que inquieta a los inversores
Mientras los principales índices bursátiles de EE. UU., el oro, la plata y las tecnológicas de inteligencia artificial registran máximos históricos, Bitcoin vive una corrección abrupta. El contraste es claro: los flujos de capital se concentran en activos tradicionales, impulsados por recortes de tasas de la Reserva Federal, beneficios corporativos récord y una narrativa muy definida en torno a la IA.
En ese mismo contexto, Bitcoin ha cedido terreno con fuerza. El movimiento desconcierta incluso a inversores veteranos, porque el entorno macro es favorable para los activos de riesgo, lo que sugiere que el problema no es estrictamente macroeconómico, sino estructural dentro del ecosistema cripto.
La relación Bitcoin-oro marca una señal de alerta
Uno de los indicadores más comentados por analistas es la relación Bitcoin-oro, utilizada para medir la fuerza relativa entre ambos activos de reserva.
Según datos recientes, esta relación se encuentra alrededor de 20x, lo que supone una caída de aproximadamente 50% desde el máximo de 40x registrado tras la reelección de Donald Trump. En ciclos anteriores, descensos tan pronunciados han anticipado fases de mayor volatilidad y un comportamiento inferior de Bitcoin respecto a otros refugios.
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¿Qué implica este deterioro relativo?
- Aumento potencial de volatilidad en Bitcoin frente a activos refugio.
- Inclinación del mercado hacia el oro, que vive una narrativa de protección frente a inflación y desaceleración económica.
- Mayor sensibilidad del precio de BTC ante choques de liquidez o noticias de riesgo.
La relación Bitcoin-oro no determina la tendencia por sí sola, pero sí funciona como un termómetro de la confianza institucional. Hoy, ese termómetro muestra debilidad en Bitcoin.
Una venta “extraña” en un mercado macro bullish
Jeff Dorman, CIO de Arca, ha calificado esta corrección como una de las más atípicas en la historia reciente del mercado cripto. Y hay razones claras:
- La Reserva Federal ha iniciado recortes de tasas.
- El consumo interno en EE. UU. se mantiene firme.
- Las grandes tecnológicas presentan beneficios récord.
- La IA sigue siendo el mayor catalizador de inversión del año.
- Oro y plata anotan máximos históricos.
En ausencia de un choque macro evidente, ¿por qué caen Bitcoin y las altcoins?
Dorman señala dos factores estructurales:
1. Agotamiento del capital nativo cripto
Los traders y fondos cripto llevan meses absorbiendo pérdidas, rotando posiciones y operando con liquidez limitada. La capacidad de sostener rallies cada vez es más pequeña.
2. El dinero institucional aún no entra
Pese al avance de los ETF, la mayoría de los gigantes financieros, State Street, BNY Mellon, JPMorgan, Morgan Stanley, Goldman Sachs todavía no han entrado en volumen significativo.
La razón es técnica: sus infraestructuras internas no les permiten comprar Bitcoin de forma eficiente o bajo los estándares operativos que exigen.
Hasta que ese sistema esté completado, el flujo institucional seguirá siendo mínimo, y eso deja al mercado dependiendo casi exclusivamente del capital nativo… hoy agotado.
¿Riesgo u oportunidad para inversores?
La divergencia actual entre Bitcoin y los activos tradicionales plantea riesgos, pero también posibles catalizadores para el futuro:
- Si la relación Bitcoin-oro sigue cayendo, podría señalar una fase prolongada de aversión al riesgo.
- Si las instituciones finalmente habilitan sus sistemas de compra, la entrada de capital podría ser abrupta y favorecer un repunte agresivo.
- La corrección podría estar creando niveles de acumulación en un mercado que a diferencia de 2021 ya cuenta con infraestructura, productos financieros y participación regulada.
Una lectura necesaria más allá del ruido diario
Bitcoin convive en ciclos donde la liquidez global dicta el ritmo, pero también en un ecosistema que aún no ha completado su transición hacia una adopción plenamente institucional. La caída actual no niega los fundamentos de largo plazo, pero sí recuerda que el mercado sigue dependiendo de flujos frágiles y participantes menos robustos que los del sistema financiero tradicional.
Para el inversor informado, entender esta divergencia es imprescindible: no todas las correcciones son iguales, y esta en particular revela que el futuro de Bitcoin dependerá más de la infraestructura institucional que del comportamiento de corto plazo del precio.