Bitcoin: entre la presión de las manos débiles y el dominio institucional

• El MVRV de los tenedores a corto plazo cae a 0,03, señalando apenas un 3 % de ganancias no realizadas, un nivel históricamente débil.
• El dominio de Bitcoin sube al 62 %, mientras los flujos institucionales evitan las altcoins y refuerzan el liderazgo del activo en los mercados cripto.

STH en números rojos

La confianza de los inversores de corto plazo se erosiona a medida que Bitcoin lucha por mantenerse sobre su precio realizado. El indicador MVRV (Market Value to Realized Value) de los Short-Term Holders (STH) se desplomó a 0,03, lo que indica que, en promedio, quienes adquirieron BTC en los últimos 155 días apenas registran un 3 % de beneficio latente. Este nivel, históricamente bajo, sugiere una creciente vulnerabilidad frente a la volatilidad, y una posible capitulación en caso de otro movimiento bajista.

Según datos de Glassnode, el precio realizado de los tenedores a corto plazo se ubica en $98.100, nivel que Bitcoin volvió a testear el fin de semana tras una breve caída por debajo de los $100.000. La oferta es más densa en la franja de $97.000–$98.000, lo que plantea un piso técnico potencial, aunque frágil, en caso de persistencia en la presión de venta.

Por otra parte, la distribución del comportamiento de los inversores muestra señales mixtas. El número de vendedores con pérdidas se incrementó en más del 29 %, pasando de 74.000 a 95.600 entre el 10 y el 20 de junio. Esta alza refleja frustración y desconfianza entre los recién llegados. No obstante, Glassnode también señala un repunte de los compradores por convicción, lo que indica que parte del mercado está utilizando la caída como oportunidad de acumulación estratégica.

Bitcoin mantiene el protagonismo

Mientras los tenedores a corto plazo tambalean, el dominio de Bitcoin sobre el mercado total cripto sube hasta el 62 %, consolidando su estatus como activo principal frente a las altcoins. Esta cifra revierte la corrección que llevó su participación al 59 % en mayo, y pone de manifiesto que los flujos de capital continúan concentrándose en BTC.

El fenómeno refleja una dinámica clara: las instituciones tradicionales siguen apostando por Bitcoin, mientras que las altcoins enfrentan una ausencia de interés estructural. El acceso limitado a instrumentos cotizados en bolsa relacionados con criptomonedas —como MicroStrategy (MSTR), Coinbase (COIN) o Robinhood (HOOD)— favorece una concentración de capital en pocas opciones, lo que potencia aún más el dominio de BTC.

Además, el universo fragmentado de las altcoins, con miles de tokens de bajo volumen y escasa liquidez, representa un terreno poco atractivo para el inversor institucional, que busca exposición eficiente, liquidez y marco regulatorio claro. En ese sentido, la preferencia por Bitcoin se refuerza no solo por su posición como reserva digital, sino por su capacidad de absorber grandes flujos sin distorsionar el mercado.

La confluencia de estos factores —presión sobre los STH, soporte técnico en niveles sensibles y dominio institucional creciente— refleja una dualidad estructural en el mercado: mientras el inversionista minorista reciente duda, el capital institucional se consolida. En el corto plazo, este desequilibrio podría generar más volatilidad, pero a mediano y largo plazo refuerza la narrativa de Bitcoin como activo núcleo del ecosistema. El mercado está depurando exceso de especulación y reafirmando sus fundamentos. Como suele ocurrir en las fases de transición, los movimientos más valiosos son los que no hacen ruido.