Minería de Bitcoin en crisis por la presión de la IA

- ¿Puede la industria sobrevivir cuando la IA paga hasta 20 veces más por megavatio?
- Los costos de minería superan los $137,800 por BTC mientras el hashprice colapsa.
La minería de Bitcoin atraviesa el momento de mayor presión estructural en su historia reciente. Los costos se han disparado, la rentabilidad se ha desplomado y la inteligencia artificial antes un sector distante ahora compite directamente por la misma infraestructura. El resultado es un choque industrial sin precedentes que redefine quién podrá seguir minando y quién quedará fuera del negocio.
La industria ha llegado a su punto crítico. Tras el halving de 2024, la lógica económica que sostenía al sector se ha fracturado.
Costos récord, márgenes mínimos y una red que no deja de crecer
La industria inició 2025 enfrentando realidades difíciles de ignorar:
- El costo promedio en efectivo para producir un BTC entre mineros públicos subió hasta $74,600.
- Los costos totales incluyendo gastos administrativos, infraestructura y depreciación se dispararon a $137,800 por Bitcoin.
- Las tarifas por transacción cayeron por debajo del 1% de las recompensas por bloque, el nivel más débil desde el halving de 2024.
Mientras la rentabilidad colapsaba, la red Bitcoin avanzaba en la dirección opuesta: el hashrate superó por primera vez 1 Zettahash/s en agosto. Esto evidencia que la mayor expansión ya no proviene de mineras públicas, sino de operadores privados, mineras soberanas y actores energéticos con acceso a energía extremadamente barata.
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Las empresas listadas solo han contribuido alrededor de 80 EH/s de crecimiento en lo que va del año. Esto significa que están siendo diluidas por un crecimiento del hashrate que no están impulsando y al que no pueden seguir el ritmo sin destruir sus propios márgenes.
La IA irrumpe y compra la infraestructura antes que los mineros
El cambio más disruptivo no viene del mercado de Bitcoin, sino de la computación de inteligencia artificial. Los campus mineros (instalaciones de 100 MW a 1 GW) son casi idénticos en diseño, distribución eléctrica y densidad de racks a los centros de datos de IA moderna. Esa similitud ha convertido a los operadores mineros en objetivos estratégicos para hiperescaladores y grandes tecnológicas.
Los acuerdos recientes de Google–TeraWulf, Google–Cipher y múltiples contratos con Fluidstack confirman la tendencia: las tecnológicas están absorbiendo infraestructura construida originalmente para minar Bitcoin.
El incentivo económico es abrumador:
- La minería de Bitcoin genera cerca de $1 millón por megavatio al año.
- La computación con IA produce entre $10 y $20 millones por megavatio.
La ecuación económica es clara: la IA está dispuesta a pagar hasta 20 veces más, desplazando a los mineros industriales de sus propios centros de datos. Es un cambio estructural que no se resolverá con un repunte de precio a corto plazo.
Dos industrias en una: megacampus de IA y mineros móviles La minería de Bitcoin se está fragmentando en dos modelos que ahora evolucionan en direcciones opuestas:

El sector está regresando por necesidad a un modelo más cercano al espíritu original de la minería: movilidad, descentralización y captura de energía desperdiciada.
Por primera vez en la historia de Bitcoin, los mineros están perdiendo el acceso privilegiado a su propia infraestructura. El sector entra en una fase en la que la supervivencia dependerá de la eficiencia energética, la movilidad y la capacidad de competir en un mercado donde la IA se ha convertido en el comprador dominante.
La red de Bitcoin sigue siendo fuerte. El hashrate sigue en ascenso. Pero el negocio que sostiene esa red está mutando más rápido de lo que los modelos tradicionales pueden anticipar. La industria deberá escoger un camino: escala industrial con IA o descentralización energética con bajo costo. No hay punto intermedio.