Texas apuesta por Bitcoin en plena corrección del mercado

- ¿Qué implica que la octava economía del mundo compre Bitcoin durante una caída del -31% desde máximos?
- Texas inaugura una reserva estratégica de Bitcoin, con una asignación estatal de $10 millones, parte de la cual ya fue ejecutada.
La decisión de Texas de adquirir Bitcoin en medio de una corrección que llevó al activo desde sus máximos de $126.272 hasta la zona de $87.000 representa un giro institucional significativo en la estrategia financiera de los estados estadounidenses. No es solo una compra especulativa: se trata de la creación de una Reserva Estratégica de Bitcoin (Strategic Bitcoin Reserve, SBR) que posiciona al estado como pionero en integrar el activo digital en su estructura financiera pública.
La operación inicial —$5 millones ejecutados el 20 de noviembre— se realizó en un momento donde el sentimiento del mercado se encontraba dominado por el miedo, con Bitcoin acumulando una caída superior al 30% desde máximos recientes. Convertirse en comprador durante la fase de contracción no solo envía una señal política, sino también financiera: Texas apuesta al largo plazo y valida la tesis de que Bitcoin puede funcionar como un activo de resguardo para tesorerías públicas.
La asignación total aprobada desde ingresos generales asciende a $10 millones, aunque no se ejecutó por completo en la primera operación. De acuerdo con el comunicado, el equipo del Texas Treasury ha monitoreado estrechamente el mercado y planea avanzar hacia un modelo donde el estado autocustodie sus BTC, lo cual marca una diferencia fundamental frente a la práctica de muchas instituciones que delegan plenamente la custodia a intermediarios.
Mientras se completa el proceso formal de licitación para definir el proveedor de custodia estatal, Texas utilizó el ETF IBIT de BlackRock como vehículo temporal. La decisión no es menor: el IBIT es el ETF de Bitcoin más grande del mundo por volumen y tenencias, y se ha convertido en un puente entre la infraestructura tradicional y la demanda institucional de BTC.
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Una economía estatal que se mueve como un actor global

Texas no es un actor cualquiera. Con un Producto Estatal Bruto que supera los $2 billones, equivalente a la octava economía más grande del planeta, su entrada formal al mercado de Bitcoin crea un precedente difícil de ignorar. La narrativa de “compra institucional” cambia cuando quien compra no es una compañía listada, sino un estado soberano dentro de la mayor economía del mundo.
Texas SB21 es una ley estatal que estableció la Reserva Estratégica de Bitcoin de Texas, un fondo para invertir en criptomonedas, promulgada el 20 de junio de 2025. Esto implica:
- Marco legal definido para futuras compras.
- Potencial incremento progresivo de la reserva estatal.
- Integración de Bitcoin dentro de estrategias de ahorro y estabilización fiscal.
- Incentivos para la expansión del ecosistema minero y de infraestructura digital en el propio estado.
Este avance también fortalece la posición de Texas como centro global para la minería de Bitcoin. Con abundancia energética, regulaciones favorables y una red creciente de empresas del sector, el estado consolida una simbiosis donde la tecnología y los recursos locales generan un ecosistema autosostenible.
Impacto en el mercado: ¿una señal institucional en plena debilidad?
El movimiento llega en un momento de fragilidad para el precio de Bitcoin. Tras alcanzar los $126.272, una presión de ventas sostenida llevó al activo a una pérdida acumulada superior al 31%, arrastrando al mercado hacia zonas que no se veían desde hace meses. Sin embargo, históricamente, las compras institucionales que se realizan en caídas abruptas —especialmente por actores de largo plazo— han contribuido a marcar pisos intermedios o fortalecer zonas de acumulación.
Desde la perspectiva de gestión pública, la entrada de Texas introduce una narrativa distinta: Bitcoin como activo estratégico, no simplemente como inversión especulativa. La idea de una reserva estatal, similar a las reservas de oro o energía, abre un precedente para otros estados y países que evalúan diversificar parte de sus recursos en activos digitales resistentes a la inflación, la confiscación y la depreciación monetaria.
Este tipo de adopción también se alinea con el movimiento político emergente en Estados Unidos donde Bitcoin comienza a ser discutido como herramienta de soberanía financiera, una tendencia que podría acelerar dependiendo del clima político y macroeconómico de 2025.
El paso que dio Texas es más que simbólico: es un testimonio de cómo Bitcoin atraviesa la frontera entre la experimentación tecnológica y la política fiscal de alto nivel. La compra durante una caída y la creación de una reserva estratégica reflejan una comprensión profunda del valor de largo plazo, más allá del ruido de corto plazo. Para los inversores, el mensaje es claro: mientras el mercado duda, algunos de los actores más grandes están aprovechando la oportunidad para posicionarse. Y eso, históricamente, es donde comienzan las grandes tendencias.