Emiratos Árabes minan 6.333 Bitcoin

- 6.333 BTC extraídos por el Estado, no comprados en mercado.
- ¿Es esta la primera estrategia soberana de acumulación sostenible de Bitcoin?
El reciente informe de Arkham Intelligence ha sacudido la narrativa sobre la acumulación estatal de Bitcoin: los Emiratos Árabes Unidos (EAU) no dependen de compras en el mercado ni de incautaciones policiales. Han elegido un camino distinto: minar directamente el activo digital a gran escala. Con una reserva estimada en $700 millones de dólares, la operación estatal representa un giro estratégico en la forma en que los países pueden relacionarse con Bitcoin.

Minería soberana: estructura de poder detrás de Citadel Mining
Según Arkham, los 6.333 BTC en manos del gobierno de los EAU provienen de Citadel Mining, una compañía que opera en Abu Dabi y cuya compleja estructura revela un control estatal directo.
- 2pointzero posee el 85% de Citadel Mining,
- esta, a su vez, pertenece a International Holding Company (IHC),
- el 61% de IHC está controlado por la familia real de Abu Dabi.
En la práctica, la monarquía emiratí controla todo el proceso, desde la infraestructura energética hasta la producción de Bitcoin, consolidando el activo como parte de la estrategia financiera nacional.
Arkham verificó las operaciones cruzando datos on-chain, actividad minera y evidencia satelital de la planta de 80.000 m² en la isla Al Reem. Se estima que la operación ya produjo 9.300 BTC, aunque solo 6.300 BTC permanecen bajo custodia estatal.
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Del petróleo al dinero digital
Para un Estado cuya riqueza se cimenta en el crudo, la apuesta por Bitcoin representa más que diversificación. Es un intento por transformar el “dinero del petróleo” en “dinero digital”. Esta diferencia es crucial frente a otros países que han acumulado Bitcoin por vías indirectas —como Estados Unidos o el Reino Unido, que lo obtuvieron mayoritariamente a través de confiscaciones.
En contraste, los EAU establecen un mecanismo escalable que les permite incrementar reservas sin depender de la volatilidad del mercado.
La estrategia plantea interrogantes sobre su sostenibilidad:
- ¿Podrán mantener márgenes positivos si la dificultad minera y el precio de la energía cambian?
- ¿Se convertirá esta práctica en un modelo replicable por otros países con abundante infraestructura energética?
Diversificación hacia otros activos digitales
La apuesta no se limita a Bitcoin. El Phoenix Group, vinculado también a la familia real y listado en bolsa, reporta posiciones en Bitcoin valoradas en $3,2 millones de dólares y una inversión en Solana (SOL). La conexión con Citadel se evidencia en transacciones en cadena que coinciden con sus reportes financieros.
Este movimiento sugiere una estrategia más amplia de inserción en el ecosistema cripto, aunque sin abandonar la centralidad de Bitcoin. La diferencia es que mientras el grueso de las reservas estatales está en BTC minado, los activos alternativos parecen formar parte de una política de exploración más especulativa.
Implicaciones geopolíticas y financieras
La acumulación directa de Bitcoin mediante minería tiene efectos que trascienden el plano financiero:
- Geopolítica energética: los EAU utilizan su excedente energético —tradicionalmente canalizado al crudo y gas— para alimentar un activo digital que podría funcionar como reserva estratégica.
- Estabilidad monetaria: si el país mantiene la práctica, podría crear un colchón soberano digital al margen del dólar y del sistema financiero internacional.
- Competencia entre Estados: mientras naciones como El Salvador compran en mercado y dependen del precio spot, los EAU controlan costos y flujo de producción.
Este escenario abre la puerta a un nuevo tipo de política monetaria basada en la producción interna de activos digitales, lo que podría inspirar a otros estados ricos en energía —desde Arabia Saudita hasta países con abundante energía hidroeléctrica— a replicar el modelo.
Más que un experimento: un precedente
Los 700 millones de dólares en BTC no convierten a los Emiratos en el mayor tenedor estatal —comparado con los más de 200.000 BTC bajo control de EE. UU.—, pero sí marcan un precedente cualitativo. Es la primera vez que un Estado-nación construye reservas minando Bitcoin de forma sistemática y no accidental.