¿Bitcoin sigue al M2? El riesgo de ver patrones donde no los hay

 ¿Bitcoin sigue al M2? El riesgo de ver patrones donde no los hay
  • La correlación entre Bitcoin y la liquidez global (M2) ronda el 80%, pero se rompe hasta un 20% del tiempo.
  • El modelo visual que predice BTC con M2 funciona… hasta que deja de hacerlo. ¿Estamos forzando la narrativa?

Muchos analistas ven en la oferta monetaria global (M2) una brújula para anticipar los movimientos de Bitcoin. Pero como todo en los mercados, la correlación tiene matices, rupturas temporales e interpretaciones que merecen cautela.

Bitcoin y M2: ¿una correlación mágica?

Desde hace meses circula en redes un gráfico que superpone el precio de Bitcoin (con 90 días de desfase) con la expansión del M2 global —la cantidad de dinero en circulación a nivel mundial. La lógica detrás es sencilla y atractiva: cuando se imprime más dinero, Bitcoin sube. Cuando se contrae la liquidez, BTC cae.

El gráfico en cuestión muestra un canal de impulso que habría comenzado alrededor de los $74.000, marcando lo que algunos llaman “el Canal Explosivo De Los Dioses™”, con una trayectoria ascendente que proyecta un precio potencial superior a $190.000.

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Y, efectivamente, la correlación entre ambos indicadores es alta: según algunas estimaciones, ronda el 80%. Es decir, 4 de cada 5 movimientos generales coinciden en dirección. Pero esa cifra, en lugar de ser una garantía, debería despertar preguntas.

La trampa del 20% que nadie quiere ver

El gráfico también deja algo claro: al menos un 20% del tiempo, Bitcoin y M2 se descorrelacionan. Esto no es menor. Por ejemplo, durante gran parte de 2023, Bitcoin se desacopló de la liquidez global, mostrando un comportamiento autónomo en medio de un entorno de política monetaria contractiva.

Fuente: Btcandres

Este dato rompe la narrativa perfecta de que BTC simplemente sigue al dinero impreso. En la práctica, entran otros factores en juego: flujos institucionales, ciclos halving, crisis regionales, decisiones fiscales, sentimiento de mercado e incluso factores geopolíticos. El modelo de M2, por tanto, puede ser útil como contexto, pero no como guía absoluta.

Aquí un artículo que te puede interesar:M2, una guía silenciosa al precio Bitcoin.

Correlaciones visuales: el sesgo de los ejes

Una crítica aún más interesante viene del analista @sina_21st, quien en un video reciente (ver aquí) desmonta el uso de estos gráficos como herramientas predictivas. Su argumento es demoledor:

“Puedes encontrar correlaciones en cualquier parte si pasas suficiente tiempo ajustando el eje X o Y. Mueves un poco el tiempo o la escala, y todo encaja.”

Es el clásico problema del sesgo de confirmación visual: cuando quieres que dos activos se vean correlacionados, puedes lograrlo moviendo fechas, comprimiendo escalas o seleccionando ventanas temporales convenientes. No es análisis técnico. Es autoengaño gráfico.

¿Una herramienta útil o una ilusión peligrosa?

Reconocer que Bitcoin tiene una correlación parcial con la liquidez global no es negar su utilidad como indicador de contexto macroeconómico. Pero tampoco debe confundirse con una regla inviolable.

Sí, Bitcoin puede llegar a $200.000 o más, pero no lo hará porque lo diga una curva amarilla que sube en paralelo. Lo hará por una confluencia de variables estructurales, monetarias, tecnológicas y sociales. Si nos apegamos ciegamente a modelos visuales como el de M2, corremos el riesgo de sobreestimar certezas y subestimar riesgos.

Lo que enseña el gráfico… y lo que oculta

El gráfico del M2 no está mal. De hecho, aporta información valiosa. Pero como todo modelo, debe entenderse como una representación incompleta, no como una verdad absoluta. Ignorar sus limitaciones puede llevar a tomar decisiones equivocadas, especialmente cuando se entra en fases de desacoplamiento.

La historia de Bitcoin está plagada de sorpresas. Y si algo ha demostrado es que, más allá de correlaciones temporales, su trayectoria a largo plazo no responde a una sola métrica, ni obedece ciegamente a ningún modelo. Por eso fascina… y por eso exige pensamiento crítico.